Las tensiones sociales, económicas y medioambientales han propiciado el surgimiento de enfermedades emergentes generadas por virus, alertó el doctor Carlos Federico Arias Ortiz, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014, en el campo de las Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales.
Dentro de los encuentros con Premios Nacionales en UAM Cuajimalpa, el doctor en Investigación Biomédica Básica, resaltó el papel de la sobrepoblación, el calentamiento del planeta, la deforestación y la migración, en el fenómeno .
El experto consideró que aunado a esas circunstancias –y otras, incluso de índole religiosa y cultural– se cuenta la evolución de los microbios y su adaptación para transformarse en microorganismos más agresivos.
El término de virus emergente –agente causal de un padecimiento nuevo o no, conocido previamente– empezó a usarse en 1990, como resultado del florecimiento de la agricultura, la concentración de la población en un lugar y el contacto frecuente con los animales.
Al reflexionar sobre los Virus emergentes: ¿moda o tendencia estable? el experto ejemplificó que el sarampión está presente desde hace 5,000 años en Medio Oriente, relacionado con la peste bovina, que junto con la viruela han sido erradicados.
Todos los agentes infecciosos microscópicos pueden cruzar la barrera de la especie –infección zoonótica– por ejemplo el ébola, SIDA, influenza, Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, por sus siglas en inglés), fiebre del Nilo, dengue y chikungunya, factibles de provocar pandemias.
El profesor del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma México (UNAM) expuso que los contagios de este tipo se han extendido en gran parte del mundo: América, África y Asia.
Los mosquitos y las garrapatas son los vectores principales, pero los primeros han ocasionado el mayor número de muertes en el orbe, resultado del aumento de la temperatura del planeta, la sobrepoblación y de su dispersión, elementos que facilitan brotes transmitidos por artrópodos.
Al año se calcula que hay 750,000 fallecimientos por males adquiridos por piquetes de mosquito: 600,000 por malaria; 50,000 por dengue, que han aumentado 30 veces en los últimos 50 años; 50,000 por fiebre amarilla, y 50,000 por encefalitis, aunque de un catálogo de 534 arbovirus sólo 134 afectan a los seres humanos.
Entre las emergentes destaca el SARS, que pasó del murciélago a civetas y de ahí brotó en 2002 en Guangdong, China, con 305 casos, cinco de ellos de consecuencias fatales.
El médico que trató a los primeros pacientes contagió a diez personas antes de perder la vida en Hong Kong, desde donde el mal se diseminó en Singapur, Vietnam, Canadá, Taiwán y Estados Unidos, registrándose en cuatro meses 8,000 casos en 29 naciones, con una mortalidad de diez por ciento.
El Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS), transmitido del murciélago al camello y al ser humano, tiene una mortalidad de 40 a 50 por ciento.
El ébola –que ha existido desde hace 60 años en África Central, pero con no más de 200 a 300 infectados– reapareció en 2013 con 28,646 casos, de los cuales 11,323 fueron decesos, todos ellos debido a la ingesta de monos.
El primero de febrero de 2016 la Organización Mundial de la Salud emitió una Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional por Zika, ya presente en casi todo el continente americano y que surgió en Brasil entre marzo-octubre de 2015 asociada a más de 4,000 nacimientos de niños con sospecha de microcefalia.
También hubo un incremento inusual de malformaciones en la Polinesia francesa, confirmándose hasta el 16 de febrero del presente año 203,718 pacientes en todo el continente, 20 decesos y 2,715 microcefalias.
En México, entre noviembre de 2015 y febrero de 2017 han sido detectados 7,873 contagios, de los cuales 4,426 en mujeres embarazadas, en 25 estados, sobre todo en Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Campeche.