Lejos de tener un nexo con el amor, los celos (celotipia) están más relacionados con la agresión, por lo que su tratamiento psicológico es por demás recomendable, señaló el doctor Óscar Galicia Castillo, coordinador de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Iberoamericana.
En el marco del Día de San Valentín, a celebrarse este martes 14 de febrero, el experto en neurociencias de la conducta agresiva y afectiva apuntó que si bien los celos son un mecanismo natural del ser humano, quienes lo padecen “no necesariamente protege lo que ama, sino lo que le pertenece. Por ello, hay relaciones en las que no es el amor lo que subyace, sino la necesidad de proteger lo que se piensa forma parte de nuestro patrimonio”, aseveró el doctor Galicia.
“Los celos son una de las emociones básicas que se han complejizado desde que nuestro cerebro creció. Y es que, así como los animales que protegen sus elementos, el ser humano está ‘cableado’ para defender su territorio, su pareja, sus crías, apuntó.
Según el experto, pasa igual que con cualquier chimpancé, sólo que la capacidad para interpretar las amenazas a nuestro patrimonio biológico es mucho mayor, de modo que podemos imaginarnos algunas que ni siquiera existen”, dijo.
“En el caso de los celos patológicos, la persona está pensando todo el tiempo en la amenaza. La persona hurga e investiga, aunque la mayoría de las veces eso sólo pasa en la mente del sujeto”, dijo el académico de la IBERO, quien añadió que la celotipia patológica fomenta una relación destructiva que termina con el mucho o poco amor que existiera entre la pareja.
Galicia Castillo añadió que, contrario a lo que podría pensarse, la celotipia no está relacionada con la inseguridad de quien la padece, sino que se trata de la manifestación de un trastorno obsesivo compulsivo, que puede tener un origen depresivo, ansiogénico o de personalidad paranoide, por lo que suele ser “una señal de algo más grave, pues no es normal”, concluyó.