Esta afección aparece como consecuencia de la disminución de la producción de lágrimas o de su excesiva evaporación, mientras que sus síntomas son dolor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño y comezón, detalló la experta, de acuerdo con un comunicado de esa casa de estudios.
Molina Cruz explicó que las mujeres son las más afectadas porque por la edad y el cambio hormonal las glándulas secretoras lagrimales dejan de funcionar normalmente.
Mencionó que de acuerdo con registros del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana de la Ciudad de México, nueve de cada 10 pacientes padecen este problema.
Molina Cruz aclaró que hay otros factores que propician que las lágrimas se evaporen con mayor rapidez, como permanecer en lugares cerrados con aire acondicionado o fijar la mirada mucho tiempo en todo tipo de pantallas.
“Un ojo sano secreta al día cerca de dos mililitros de lágrimas. Hay casos severos de este síndrome que, debido a que no se generan lágrimas, pueden derivar en la pérdida de la vista”, advirtió.
Para tratar el síndrome de ojo seco se recetan lágrimas artificiales varias veces al día; en algunos casos el paciente debe ponerlas cada hora.
Sin embargo, las lágrimas artificiales a veces no son efectivas porque no tienen las mismas propiedades que las que secreta un sujeto sano, de ahí la importancia del estudio, puntualizó.