Problemas para socializar, falta de atención, desorganización, impulsividad y conflictos de memoria entre los 4 y 12 años de edad, podría ser síntoma de Trastorno por Déficit de Atención (TDA).
En el 70 por ciento de los casos estos niños y adolescentes padecen trastornos como aprendizaje, del sueño, dislexia, ansiedad y depresión.
En México, alrededor del cinco por ciento de los niños y adolescentes presentan Trastorno por Déficit de Atención (TDA), pero su detección y diagnóstico tarda de tres a cinco años porque su comportamiento se confunde con el de menores criados de manera inadecuada e hiperactivos.
El jefe del Departamento de Neurología del Hospital Infantil de México Federico Gómez, doctor Eduardo Javier Barragán Pérez, subrayó infantes y adolescentes pudieran ser visto más del trastorno de déficit de atención por haber nacido de una madre que durante el embarazo tuvo problemas de tabaquismo, alcoholismo o consumo de drogas.
También pueden desarrollarlo los menores que presentan asfixia perinatal, bajo peso al nacer, prematurez o cuyas madres enfrentaron disfunción familiar durante el embarazo.
Otros factores de riesgo son la edad materna, es decir, tener hijos antes de los 18 años o después de los 35.
Javier Barragán explicó que el TDA es una condición que genera conflictos en casa, porque los infantes se tardan mucho tiempo en elaborar la tarea, son distraídos, pierden cosas y tienen malas calificaciones, situación ante la cual los padres se desesperan, piensan que los niños los retan y, en consecuencia, les exigen mejoría sin saber que es una cuestión que va más allá de rebeldía.
Los menores con hiperactividad, generalmente se brincan la autoridad, no respetan límites ni reglas, a veces son agresivos, presentan depresión y trastorno de sueño.
El especialista destacó que el TDA es el padecimiento más sobre y sub diagnosticado, porque si los niños tienen mayor actividad en uno o dos días, se cree que son hiperactivos. Por otro lado, muchos piensan que están mal criados y con regularidad culpan a las madres que trabajan por “desatención”.
Detalló que el tratamiento es multimodal e individualizado. Consiste en terapia psicológica en la que se ofrecen opciones de manejo conductual, y en ocasiones se acompaña de fármacos, los cuales favorecen que los circuitos del cerebro funcionen mejor para que en la etapa de adultez el individuo pueda llevar una vida normal.
El consumo de medicamentos, abundó, tiene una duración aproximada de dos años y no genera adicción ni predispone al paciente a una vida de drogadicción y/o alcoholismo, es seguro y se retira de manera gradual.
Recomendó a la población evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas, sobre todo seis meses antes de que se planee un embarazo, practicar ejercicio antes y durante la gestación, ya que favorece la oxigenación al producto y realizar las acciones necesarias para no padecer preeclampsia.
Agregó que es fundamental el consumo de ácido fólico por lo menos seis meses antes y durante la gestación, así como ácidos grasos y omega3 mínimo un gramo y medio al día.
Aconsejó a los padres de familia informarse sobre todo lo que implica vivir con menores que tienen TDA y de esta manera comprender que es un proceso biológico, porque hasta en 80 por ciento de los casos, ellos sienten responsabilidad.
Consideró fundamental que los cuidadores pongan atención en el comportamiento de los niños y de notar bajo rendimiento escolar, problemas de conducta, dispersión o hiperactividad, deben buscar apoyo con los profesionales de la salud.