¿Cometa gigante o nave extraterrestre? Esa es la pregunta que se hacen los más grandes y afamados astrónomos a nivel mundial respecto al 3I/ATLAS que se acerca a la Tierra con características nunca antes vistas en un cuerpo celeste, por lo que un físico de Harvard finalmente se atrevió a dar su opinión respecto a si se podría tratar de una nodriza alienígena o no.
Desde que fue descubierto en julio pasado, el cometa 3I/ATLAS ha sido estudiando a profundidad por los científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), aunque con este físico de Harvard revelando si más que un cuerpo celeste, podría tratarse en realidad de una nave extraterrestre camino al Sol desde alguna parte fuera de nuestro Sistema Solar.
El 3I/ATLAS, ¿cuándo llegará a la Tierra?
Mientras los científicos tienen la firme idea de que el 3I/ATLAS se trata de un cometa con una trayectoria común como la de otros cuerpos del mismo tipo y que su comportamiento es natural, Avi Loeb, profesor y físico teórico de la Universidad de Harvard, asegura que puede ser un cometa, pero por sus características ya monitoreadas también puede ser un objeto artificial controlado por otro tipo de inteligencia y habilidad fuera de este mundo; o sea, una nave extraterrestre.
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Y cómo no, si el cometa es un cuerpo celeste ajeno a nuestro sistema y que últimamente ha cambiado no solo de color y brillo, sino de hasta de velocidad, además de que es “excepcionalmente grande” para ser un cometa convencional (al menos 20 kilómetros de diámetro) formado solo de hielo y polvo. Después de pasar demasiado cerca del Sol, el 3I/ATLAS llegará a su punto más cercano a la Tierra a mediados de diciembre de 2025, para ser observado en octubre y noviembre. Aunque no será visible a simple vista, se espera que la observación con binoculares potentes o telescopios sea posible a partir de principios de 2026.
El 3I/ATLAS sí podría ser una nave alienígena
Ah, pero eso no es todo, pues no se comporta como un cometa al no emanar colas de gas y polvo, lo que lo hace más sospechoso pues su brillo, según sus teorías, se debe a un resplandor ocasionado por la luz solar, por lo que podría ser una nave alienígena que sigue una trayectoria “ordenada” y no dirigida por la gravedad del espacio entre cuerpos celestes como los planetas, incluida la Tierra.
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Respecto a si podría significar un peligro para nuestro planeta y la humanidad, Loeb fue claro al señalar que sí, en especial porque cree que su tecnología es bastante poderosa comparada con la de la Tierra, ya que la de los humanos todavía no es capaz de cruzar sistemas solares completos ni navegar entre cuerpos celestes masivos sin sufrir algún daño.
