Descubre por qué no siempre podemos sostener la mirada a alguien que nos ve directamente a los ojos

A muchos nos ha pasado que al ir caminando por la calle, crucemos la mirada con algún desconocido, y al transcurrir máximo uno o dos segundos, los ojos de alguno de los dos se aparta, pero ¿por qué no podemos sostener la mirada?

El contacto visual es una herramienta poderosa en la comunicación no verbal. Según la psicóloga Paula Martínez Barral, la forma en que miramos y somos mirados puede revelar mucho sobre nuestro estado emocional y nuestras intenciones.

Cuando alguien nos observa fijamente, puede generar sensaciones de vulnerabilidad o invasión de la privacidad, lo que nos lleva a desviar la mirada como una forma de protección emocional.

Razones psicológicas detrás de desviar la mirada

1. Inseguridad o timidez: Las personas que se sienten inseguras o tímidas pueden evitar el contacto visual para no sentirse expuestas o juzgadas.
2. Procesamiento de información: Al hablar o escuchar, nuestro cerebro necesita procesar información. Desviar la mirada puede ayudar a concentrarse mejor o recordar detalles.
3. Culpa o vergüenza: Si sentimos que hemos hecho algo mal, es común evitar la mirada directa como una forma de evitar el juicio o la confrontación.
4. Ansiedad social: Las personas con ansiedad social pueden encontrar desafiante mantener el contacto visual, ya que les genera incomodidad o miedo al rechazo.
5. Factores culturales: En algunas culturas, evitar el contacto visual es una señal de respeto, especialmente hacia figuras de autoridad o personas mayores.

¿Qué dice la ciencia al respecto?

Un estudio publicado en la revista Cognition reveló que las personas tienden a desviar la mirada cuando necesitan encontrar las palabras adecuadas o cuando están recordando información específica. Este comportamiento no necesariamente indica deshonestidad, sino una estrategia cognitiva para organizar pensamientos.

Desviar la mirada al ser observado fijamente no siempre tiene una connotación negativa. Es una respuesta natural que refleja nuestra necesidad de gestionar emociones, procesar información o adaptarnos a normas sociales y culturales.