Una nueva variante del COVID-19, denominada NB.1.8.1, está encendiendo las alarmas en el mundo por su rápida propagación. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasifica como de bajo riesgo, su capacidad de contagio ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias. ¿Podría desencadenar otra pandemia? Aquí, un análisis basado en datos oficiales.
¿Qué es la variante NB.1.8.1 y por qué preocupa?
La NB.1.8.1, descendiente de linajes como XDV.1.5.1 y JN.1, fue detectada por primera vez en abril de 2024 y desde entonces ha incrementado su presencia. Actualmente, representa el 10.7% de los casos globales, según la OMS.
Aunque su impacto en la salud pública es menor comparado con la LP.8.1 (responsable del 39% de los contagios), los científicos vigilan de cerca sus mutaciones.
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Variante NB.1.8.1 ¿Cuáles son sus síntomas?
Hasta ahora, no se han reportado síntomas nuevos. La variante comparte las señales ya conocidas del COVID-19:
- Dolor de garganta
- Tos y congestión nasal
- Fiebre o escalofríos
- Fatiga y dolores musculares
- Dolor de cabeza
- Vómitos o diarrea (menos frecuente)
¿Hay riesgo de una nueva pandemia?
La OMS descarta por ahora un escenario pandémico, ya que:
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- Las hospitalizaciones no han aumentado drásticamente.
- Las vacunas actuales siguen siendo efectivas contra casos graves.
- Su tasa de mortalidad no supera a variantes anteriores.
Sin embargo, su alta transmisibilidad obliga a mantener precauciones, especialmente en grupos vulnerables.
Recomendaciones de la OMS para evitar contagios
Las medidas preventivas siguen vigentes:
- Vacunación y refuerzos (especialmente adultos mayores y personas con comorbilidades)
- Uso de cubrebocas en espacios cerrados o con aglomeraciones.
- Lavado frecuente de manos con agua y jabón.
- Ventilación de espacios para reducir la concentración viral.
- Aislamiento ante síntomas respiratorios.
La variante NB.1.8.1 se ha reportado en 22 países, incluyendo:
- Estados Unidos (Nueva York, California)
- Reino Unido e Irlanda
- Tailandia y Maldivas
- Varias naciones de Europa y Asia
Aunque la NB.1.8.1 es más contagiosa, no representa el mismo peligro que las primeras olas de COVID-19. El llamado de la OMS es claro: fortalecer la vigilancia genómica y no relajar las medidas básicas de prevención