¿Alguna vez has pensado que tus plantas de Nochebuena (Flor de Navidad) se marchitan demasiado rápido? Pues los expertos tienen un truco que parece sacado de una película, ¡pero es ciencia real y tradición! En México, los productores no solo las riegan y las ponen al sol; les dedican algo mucho más especial: música y palabras de cariño.
Productores mexicanos cuidan sus nochebuenas con música... ¿de verdad dura más?
En los invernaderos de la Ciudad de México y alrededores, cuna de miles de estas hermosas flores, los cultivadores han descubierto que el ambiente sonoro juega un papel crucial en la calidad y durabilidad de las plantas.
- Terapia Musical: Los productores utilizan altavoces dentro de los invernaderos para crear una atmósfera relajante. ¿Qué tipo de playlist les ponen? Generalmente, música clásica o instrumental que favorece un crecimiento constante y sin estrés para la planta.
- El Poder de las Vibraciones: Se cree que las vibraciones suaves del sonido no solo afectan positivamente a la planta, sino que también estimulan el metabolismo de la tierra y los microorganismos necesarios para un desarrollo óptimo.
No solo música: palabras que sanan y hacen crecer
Además de la melodía, los productores mexicanos han adoptado la práctica de hablarles a las flores. No se trata de un monólogo cualquiera, sino de un acto de cuidado y conexión.
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Palabras Positivas: Les dan mensajes de aliento y cariño. Este cuidado intensivo y personalizado se traduce, según ellos, en una flor más fuerte, con un color más intenso y, lo más importante para ti, ¡más resistente para que te dure mucho más tiempo en casa!
Así que la próxima vez que veas una Nochebuena espectacular, recuerda: no solo estás viendo una planta bien cuidada, sino una diva que creció al ritmo de la música clásica.
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Tips de riego para tus Nochebuenas
El cuidado del riego en las Nochebuenas es la clave para que duren sanas. Es fundamental que la planta esté siempre en tierra con buen drenaje y que mantengas sus raíces ligeramente húmedas, evitando a toda costa el encharcamiento, que es el peor enemigo de la Flor de Navidad. La regla de oro es regar solo cuando la capa superior de la tierra, de unos dos o tres centímetros, se sienta seca al tacto
