La tranquilidad de la comunidad La Tina, en el municipio de Oteapan, Veracruz, se vio quebrada por un insólito caso que mezcla el delito, la justicia vecinal y la psicología humana. Un sujeto, identificado por los pobladores como Valerio, fue capturado y amarrado a un poste tras ser sorprendido robando brasieres de los tendederos. Este acto lo llevó a ser viralizado en redes sociales, donde ya es conocido como el “ladrón de brasieres” y que culminó con una sorprendente confesión sobre su motivación.
Ladrón de brasieres: el robo que destapó una ola de temor entre los vecinos
El pasado 6 de noviembre, vecinos de la colonia San Román, en La Tina, actuaron tras semanas de creciente zozobra. Numerosas mujeres reportaban la desaparición constante de su ropa interior, específicamente brasieres, dejados a secar en patios y tendederos. La situación había generado tal alarma que los mismos habitantes organizaron rondas de vigilancia.
Fue durante una de estas vigilancias cuando lograron sorprender a Valerio. El hombre fue hallado con, al menos, tres sostenes colgados del cuello, según relatan testigos y medios locales.
Te podría interesar
Con las manos en la masa, los vecinos —en su mayoría mujeres afectadas— procedieron a detenerlo y amarrarlo mientras esperaban la llegada de la policía local. En un acto de advertencia y para alertar a la comunidad, su fotografía fue compartida masivamente en Facebook y demás redes sociales.
El fetiche como motivación del "ladrón de brasieres"
Tras ser puesto a disposición de las autoridades, el caso tomó un giro aún más peculiar. De acuerdo con la página de noticias Sin Censura Regional, el presunto ladrón, Valerio, habría declarado ante los ministeriales que su obsesión por los brasieres respondía a un fetiche.
Te podría interesar
Según esta versión, el sujeto confesó tener “una gran colección en el cuarto donde duerme” y que los utilizaba “para que le hicieran compañía en sus noches de soledad”.
Si bien no existe un comunicado oficial que corrobore esta declaración, la información ha sido ampliamente replicada, explicando el patrón de sus robos. Este tipo de comportamiento se enmarca en lo que la psicología conoce como misofilia o fetichismo de ropa interior, una parafilia donde la excitación sexual está vinculada a prendas íntimas, a menudo usadas y con fluidos corporales.
El insólito caso del “ladrón de brasieres” de Oteapan, Veracruz, es mucho más que una anécdota viral. Es un reflejo de una comunidad que se organiza para enfrentar delitos que, aunque puedan parecer menores, generan un profundo impacto en la sensación de seguridad y la privacidad de las mujeres.
