Luego de un fin de semana de descanso y relajación, es habitual que a la mayoría de las personas se les dificulte la vuelta al trabajo los días lunes. La noche del domingo comienzan a surgir pensamientos sobre lo que aguarda en la semana laboral, dificultando disfrutar las últimas horas del día.
Si bien las obligaciones se mantendrán ahí y poco se puede hacer para revertirlas, lo cierto es que la forma en que se abordan puede marcar la diferencia entre el bienestar y la productividad. En realidad, enfrentar las responsabilidades del inicio de semana puede ser menos complicado de lo que parece si se gestionan adecuadamente, de modo que ni el descanso ni la tranquilidad se vean perturbados.
¿Cómo hacer que los lunes san más fáciles de sobrellevar?
Según estudios, no establecer una rutina regular puede afectarnos negativamente, sobre todo cuando los días no siguen un patrón predecible (por ejemplo, horarios de sueño irregulares, comidas sin horario fijo y trabajo o actividades de ocio desordenadas). Esto impacta en el bienestar, haciéndonos sentir menos saludables, en equilibrio, y puede generar estrés, ansiedad o malestar emocional.
Tras un par de jornadas de calma, el cerebro se esfuerza el doble en asimilar el retorno a las funciones cotidianas, que por lo general son menos disfrutables. Bajo este enfoque, estos 3 consejos son útiles para facilitar la transición al ritmo laboral:
Planifica el domingo por la tarde: Lo ideal, es dedicar un breve espacio para organizar la semana, estableciendo prioridades y tareas clave para aligerar la tensión propia de la semana. Esto ayuda a que la mente llegue al lunes con mayor claridad y menos estrés.
Mantener hábitos regulares: Seguir de manera consistente horarios de sueño, comidas y ejercicio, incluso durante el fin de semana, favorece la adaptación del cerebro al inicio de la semana. Una rutina de este tipo facilita que el lunes resulte menos estresante y más manejable.
Comenzar el lunes con actividades agradables: Arranca el primer día de la semana con algo motivador o placentero, por pequeño que sea, como un desayuno delicioso, escuchar tu música favorita o salir a caminar. Esto genera un impulso positivo y reduce la sensación de tener que afrontar un “lunes complicado”.
