El pueblo de México sin duda es uno de los más solidarios en cuanto a desastres se refiere, pero por desconocimiento o falta de información en muchas ocasiones dona alimentos descompuestos o contaminados que, más que un bien, podrían provocar incluso una alerta sanitaria en caso de terremoto o inundaciones, por lo que aquí te decimos qué hacer con los desperdicios orgánicos.
Tras la alerta por inundaciones en Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz, miles de mexicanos se han volcado a los centros de acopio a donar productos de primera necesidad y alimentos, aunque muchos de estos últimos descompuestos o contaminados, por lo que antes de tratar de ayudar a los damnificados, aquí te decimos qué hacer con los desperdicios.
No tires los alimentos descompuestos o contaminados
Aproximadamente 75 por ciento de los alimentos descompuestos o contaminados terminan en los tiraderos, aunque podrían ser eliminados de hasta cinco maneras diferentes, en las que echarlos a la basura en caso de terremoto o inundaciones es la menos recomendable porque atrae animales carroñeros que propagan enfermedades, además de suponer una mala elección ecológica. Aquí te decimos qué hacer.
Te podría interesar
Debido a que casi todos los mexicanos tiran los alimentos contaminados o en descomposición, las autoridades consideran primero eliminarlos con digestión anaeróbica (utilizar microorganismos para acabar con materiales biodegradables cuando se encuentran en situación de ausencia de oxígeno), compostaje (aprovecha del proceso de descomposición para su utilización como abono) y licuefacción hidrotermal (la materia orgánica húmeda se convierte en biocrudo).
Haz esto con alimentos contaminados o descompuestos
Ah, pero en tu caso particular, si notas que alguno o varios de los alimentos que estás por donar a los damnificados está descompuesto o contaminado, cúbrelos con cal o jabón en polvo y colócalos en una bolsa gruesa y opaca, ciérrala bien y deposítala en el contenedor de residuos orgánicos, llévalos a un centro de compostaje o, si puedes, crea tu propia pila de composta o un contenedor de lombrices para descomponerlos.
Te podría interesar
Queda más que claro que nunca debes consumir alimentos que se vean o huelan sospechosos. El moho es una clara señal de descomposición, aunque los alimentos e incluso el agua también pueden estar contaminados con bacterias peligrosas incluso si no se ven o huelen mal. Lo mejor es desechar cualquier alimento del que tengas dudas sobre su frescura y checar que los enlatados no estén abollados, inflados o ya abiertos, además de evitar los que hayan tenido contacto con el agua de lluvia o inundación.
