Resulta que después de varios estudios, que detrás de las fantasías de cuento de hadas se esconde una forma de manipulación emocional, mejor conocida como Love Bombing o Bombardeo de Amor. Este fenómeno es totalmente de las personas con personalidad narcisista y manipuladora; a pesar de creciente ola de concientización, miles de personas en pareja no lo reconocen o no observan y terminan expuestas a estas consecuencias de este fenómeno.
Diversos estudios revelaron que usaron el término love bombing para describir las estrategias de manipulación que utilizan algunas sectas coercitivas para captar a nuevos adeptos mediante la búsqueda de la parte más débil del individuo, como su baja autoestima y lo alimentan con halagos y palabras bonitas de tal forma que se sienta mal por abandonar el culto.
Pero ahora sí, ¿Qué es el Love Bombing?
El love bombing o bombardeo amoroso en español, es una técnica mediante la cual uno de los integrantes de la relación llena de amor, halagos y atenciones al otro con el fin de manipularlo y controlarlo.
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Aunque muchas veces las víctimas no se dan cuenta de que están en un círculo vicioso de abuso, dado que es parte del proceso de idealización de la pareja
Cuando pasa el tiempo primero el halagado/a se percata de que estas demostraciones de afecto no son genuinas, se terminan los halagos, los comentarios positivos y el manipulador empieza a mostrar su verdadera personalidad volviéndose más obsesivo, controlador y en situaciones maltratador. Esta dualidad funciona como una contradicción, porque halagan con la misma facilidad con la que critican y esto genera confusión emocional.
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Love Bombing: Detectar, detener y desviar
Todos necesitamos la validación del otro para pertenecer o para reforzar características nuestras. Cuando conocemos a alguien nuevo que nos llena de halagos, de demostración de interés, de valoración en un primer momento uno puede relacionarlo con buenas intenciones sin darse cuenta que detrás hay manipulación, expresan licenciados en Psicología.
Así como también se destaca que, si bien hoy se habla mucho del tema en relación a los vínculos sexoafectivos, también puede ocurrir en relaciones familiares y de amistad.
El estudio titulado Love-bombing: a narcissistic approach to relationship formation revela que este tipo de manipulación es característico en las relaciones amorosas de personas narcisistas y con bajo nivel de autoestima. Este escrito también señala que con la presencia de Internet y digitalización, que hoy vivimos, esta técnica se volvió más frecuente en jóvenes que en generaciones anteriores.
Es importante reconocer las distintas fases en las que se da el bombardeo amoroso:
1. Idealización
Se trata de idealizar al otro en consecuencia a sus acciones constantes de amor, “te hace sentir especial o único desde todas esas formas y halagos para poder obtener y alcanzar eso que desea”, se dice que las demostraciones de amor son tales que uno puede llegar a pensar que no es merecedor de eso. Muchas veces, las muestras de afecto llegan al límite de pedir casamiento, hablar de tener hijos o hacer declaraciones como “sé que eres el amor de mi vida” a tan solo poco tiempo de conocerse.
2. Castigo o desaprobación
La segunda fase comienza cuando uno empieza a comportarse de la manera opuesta a la que el otro espera. Cuando sales de su control aparece el castigo o la desaprobación y esto tiene que ver con generar culpa por las conductas del otro. Si se le dedica menos tiempo o se junta con sus amigos o se le da interés a otras cosas, el manipulador empieza a tener ese tipo de conductas, deja de ser tan atento y amoroso y genera espacios de silencio que hacen que uno se vuelva inseguro de qué es lo que está pasando y, consecuentemente, baja la autoestima, aumenta la culpa, el malestar y se pierde libertad.
3. Agotamiento y descarte
Una persona al encontrarse en esa situación uno puede quedar dentro de un círculo tóxico porque la otra persona lo tiene controlado. Cabe aclarar que estas conductas mencionadas previamente están camufladas, no son comunicadas de manera directa. Por ende, quien es víctima debe decidirse entre alejarse de la persona o seguir en el círculo vicioso. Puede sonar como algo fácil de hacer, pero son vínculos que se caracterizan por ser adictivos lo que los vuelve complejos de soltar.
Es por es que una relación sana implica respeto, cuidado de ambas partes, libertad de espacios, sinceridad en la comunicación, hacer sin esperar nada a cambio. Lo recomendable es siempre trabajar en el amor propio reconocimiento, validación y respeto primero hacía uno mismo para poder amar a los demás.