El pozole es uno de los platillos más tradicionales de la gastronomía mexicana, presente en celebraciones como las fiestas patrias y reuniones familiares.
Pero a pesar de ser un favorito en las mesas mexicanas, muchos se preguntan qué tan saludable es este popular guiso. Expertos en nutrición han analizado sus ingredientes y han ofrecido respuestas que pueden sorprender a quienes disfrutan de este platillo.
¿De donde viene el pozole?
En la época precolombina, el pozole se preparaba como parte de rituales sagrados. Según el arqueólogo Enrique Vera, los antiguos nahuas utilizaban carne humana como ingrediente principal en una preparación llamada tlacatlaolli, que en náhuatl significa “maíz de hombre”.
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Este platillo se ofrecía a los dioses durante ceremonias que incluían sacrificios humanos, donde los guerreros derrotados o voluntarios eran los protagonistas. Los altos mandos y tlatoanis consumían partes específicas del cuerpo, como el muslo, considerado un símbolo de poder.
Con la llegada de los españoles, este ritual fue modificado y la carne humana fue sustituida por carne de cerdo. Desde entonces, el pozole ha seguido evolucionando, manteniendo su base de maíz cacahuazintle, pero adaptándose a los gustos modernos con ingredientes como carne de pollo y opciones vegetarianas.
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¿Qué lleva un buen pozole?
El pozole es un caldo a base de maíz cacahuazintle, que generalmente se combina con carne de cerdo (aunque también puede hacerse con pollo o incluso opciones veganas) y se adorna con una variedad de ingredientes frescos como lechuga, rábanos, cebolla, orégano, chile piquín, y jugo de limón.
A menudo se acompaña con tostadas y crema. Sin embargo, la clave para determinar si es saludable o no, depende en gran medida de cómo se prepare y los acompañamientos que se le añadan.
¿Es saludable el pozole?
Afortunadamente, el pozole actual no solo es más aceptable en términos culturales, sino que también es considerado por expertos como un platillo saludable. Según El Poder del Consumidor, el pozole es una comida balanceada que aporta una amplia gama de nutrientes. Entre los beneficios nutricionales del pozole se encuentran:
- Vitaminas A, C, y E, que fortalecen el sistema inmunológico.
- Proteínas y hierro, provenientes de la carne de cerdo o pollo.
- Potasio, magnesio y fibra, obtenidos del maíz cacahuazintle, especialmente cuando está nixtamalizado, lo que ayuda a prevenir la anemia y oxigenar los órganos de manera eficiente.
Los acompañamientos frescos, como rábanos, lechuga, cebolla, y el jugo de limón, también aportan nutrientes esenciales que contribuyen a un buen funcionamiento del organismo.
También nutriólogos mencionan que el pozole puede ser una opción relativamente balanceada si se controla la cantidad de grasa y los complementos altos en calorías.
El maíz cacahuazintle, base del platillo, es una fuente de carbohidratos complejos que aporta energía y contiene fibra, lo que ayuda al buen funcionamiento del sistema digestivo. Además, la carne de cerdo, si se eligen cortes magros, es rica en proteínas y vitaminas del complejo B, necesarias para mantener el sistema nervioso y muscular en óptimas condiciones.
¿Cuándo puede ser poco saludable?
El principal inconveniente del pozole viene cuando se prepara con excesiva grasa o cuando se agregan ingredientes que incrementan el contenido calórico.
Por ejemplo, si la carne de cerdo tiene un alto porcentaje de grasa, el platillo puede volverse pesado y alto en calorías, lo que no es ideal para personas con problemas de colesterol o quienes buscan controlar su peso. Las tostadas fritas y la crema son otros de los elementos que pueden aumentar significativamente el contenido calórico del plato.
Asimismo, el exceso de sal puede ser un problema para quienes padecen hipertensión. Por eso, los expertos recomiendan moderar la cantidad de sal y optar por versiones más saludables, como tostadas horneadas o utilizar aguacate en lugar de crema.