La FundéuRAE eligió "Dana" como la palabra del año 2024, un término que no solo marca un hito en el lenguaje, sino que también refleja una de las problemáticas más urgentes del momento: el cambio climático. Dana, que hace referencia a las "depresiones aisladas en niveles altos", se popularizó especialmente tras las devastadoras inundaciones de octubre de 2024 en España.
Este fenómeno meteorológico, responsable de graves daños en la provincia de Valencia y otras zonas del este y sur de la Península, se ha convertido en una palabra omnipresente en los medios y en las conversaciones cotidianas.
Aunque Dana ya fue considerada como palabra del año en 2019, fue en 2024 cuando cobró mayor relevancia. La elección de este término por parte de la FundéuRAE no solo destaca su frecuencia en los medios, sino también la creciente preocupación por los fenómenos climáticos extremos, que afectan a miles de personas en todo el mundo.
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Dana y su impacto global: ¿un futuro de catástrofes climáticas?
La elección de Dana como palabra del año 2024 no es un hecho aislado. Las DANA (depresiones aisladas en niveles altos) han causado estragos en diversas partes del mundo, desde España hasta América Latina y Estados Unidos. En 2024, el impacto de este fenómeno no solo se limitó a las lluvias torrenciales que inundaron ciudades españolas, sino que también afectó a países como Perú y Brasil, generando un aumento en la cobertura mediática y en la conciencia social sobre la vulnerabilidad de los ecosistemas globales.
Este aumento de la frecuencia de DANAs refleja la intensificación de los fenómenos climáticos extremos debido al cambio climático. Con cada nueva tormenta que golpea regiones ya afectadas por la sequía, las DANAs se están convirtiendo en un símbolo de una crisis que está cambiando la geografía y las condiciones de vida en muchas partes del mundo.
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Dana: de término técnico a palabra común
La palabra Dana se convirtió en un término de uso cotidiano tras su repetida difusión en los medios de comunicación. Originalmente una sigla que significa "depresión aislada en niveles altos", Dana fue adoptada por la Real Academia Española (RAE) como un sustantivo común, escrito en minúsculas. Sin embargo, su uso como sigla (en mayúsculas) también es válido.
La evolución de Dana de una palabra técnica a una parte del vocabulario general refleja cómo el lenguaje se adapta a los cambios sociales y medioambientales. Al mismo tiempo, muestra cómo el idioma español responde a los eventos globales y sus impactos, desde desastres naturales hasta crisis climáticas, convirtiéndose en un espejo de la realidad.