La costumbre de decir "salud" cuando alguien estornuda tiene profundas raíces históricas y culturales, fusionando antiguas supersticiones y creencias sobre la salud. Aunque las explicaciones pueden variar en diferentes regiones y a lo largo del tiempo, una de las interpretaciones más comunes remonta su origen a la creencia de que estornudar podía causar que el alma de una persona saliera brevemente de su cuerpo.
En esta perspectiva, decir "salud" (que significa "salud" en alemán) se consideraba una forma de desearle a la persona que su alma regresara de manera segura a su cuerpo, proporcionando protección contra posibles enfermedades o males. Esta práctica refleja una conexión histórica entre los estornudos y las preocupaciones relacionadas con el alma y la salud.
Otra explicación se sitúa en la Edad Media, durante la peste bubónica. Estornudar era un síntoma de la enfermedad, y decir "salud" se consideraba una expresión de buenos deseos para la salud de la persona, al mismo tiempo que se buscaba evitar la propagación de la enfermedad al desearle a la persona una recuperación rápida.
Aunque estas creencias históricas han evolucionado, la costumbre persiste en la actualidad como un gesto amistoso y de cortesía. Decir "salud" después de un estornudo se ha convertido en una expresión común en diversas culturas de todo el mundo, reflejando una tradición arraigada que ha perdurado a lo largo del tiempo. En la sociedad actual, la práctica se considera más un acto amable que una adhesión estricta a antiguas creencias supersticiosas.