Cada 2 de febrero, México celebra el Día de la Candelaria, una festividad que combina elementos de la cultura católica, judía y prehispánica. La fecha conmemora la purificación de la Virgen María, quien llevó candelas a la iglesia para ser bendecidas, 40 días después del nacimiento de Jesús.
La tradición también está vinculada al relato de Simeón, un anciano que, tras recibir una revelación divina, prometió no morir hasta ver al niño Jesús. Cuando María llevó al niño a la iglesia, Simeón cumplió su promesa y cerró los ojos para siempre.
Influencia de la Cultura Judía: La conexión con la cultura judía se remonta al libro de Vaikrá, que describe cómo las mujeres judías, 40 días después de dar a luz, acudían a la iglesia para purificarse y agradecer a Dios con una paloma. Con el tiempo, esta paloma se transformó en una candela, y el 2 de febrero se convirtió en el Día de la Candelaria.
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Inicio de la Celebración:
La celebración comienza en Navidad con el nacimiento de Jesús, quien es colocado en un pesebre. El 6 de enero, se parte la Rosca de Reyes, simbolizando la ofrenda de los Tres Reyes Magos al niño Jesús. Dentro de la rosca se coloca un niño de plástico, y aquel que lo encuentra asume el compromiso de ser su padrino.
Quien encuentra al niño en la rosca adquiere el compromiso de levantarlo del pesebre, vestirlo y llevarlo a la iglesia para ser bendecido el 2 de febrero. Este compromiso es una tradición arraigada que une a las familias en torno al cuidado y la celebración del niño Jesús.
Bendición de las Velas:
El 2 de febrero, día de la Candelaria, la misa comienza con la bendición de las velas encendidas que los fieles llevan a la iglesia. Este gesto simboliza la luz que Jesús trae al mundo y recuerda el pasaje bíblico de la presentación en el Templo.
Vestir al Niño Dios: Una de las tradiciones más arraigadas es vestir la figura del niño Dios con atuendos especiales. Esta práctica se remonta al tiempo del Virreinato, cuando las monjas vestían las imágenes religiosas. En la actualidad, muchas familias heredan estas figuras, creando atuendos elaborados y significativos.
Después de la bendición en la iglesia, la tradición incluye invitar a familiares y amigos a casa para compartir tamales. Este platillo se convierte en el centro de la celebración, marcando el inicio de la temporada de siembra en México.
Antes de la llegada de los españoles, los mexicas celebraban el inicio de la temporada de siembras llamada Atlcahualo. Durante esta festividad, se bendecía el maíz que se sembraría como tributo a los dioses Tláloc y Chachitlicuetl para obtener buenas cosechas. Con la evangelización, estas tradiciones se fusionaron, y en lugar de bendecir el maíz, la gente comenzó a comer tamales como parte de las celebraciones.