ESTILO DE VIDA

Por qué la elegancia no es lo mismo que la belleza, según Carolina Herrera

Muchas veces se confunden estos dos aspectos, pasando por alto las bases de la moda.

Herrera enfatiza que la elegancia va más allá de la apariencia física.
Herrera enfatiza que la elegancia va más allá de la apariencia física. Créditos: EFE
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Carolina Herrera, la renombrada diseñadora de moda, arroja luz sobre la estrecha relación entre la moda y la belleza, enfatizando que, en su opinión, ambas deben coexistir armoniosamente, pero no siempre se presenta. En un mundo que a menudo parece obsesionarse con lo inusual, Herrera sostiene que algunas personas eligen vestir lo que consideran "feo" como una tendencia, sosteniendo así la afirmación de que la elegancia no siempre es lo mismo que la belleza.

Según Herrera, su objetivo es claro: empoderar a las mujeres para que se sientan bellas y elegantes cuando se visten. Ella destaca que la elegancia es mucho más que simplemente belleza superficial; es una combinación de pensamiento, movimiento y estilo.

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¿Cómo lograr la elegancia y belleza al vestir?

Carolina Herrera también ha expresado su desaprobación por aquellos que se visten inapropiadamente para su edad. Para ella, el secreto para lograr la verdadera elegancia y belleza radica en la elección de atuendos que se ajusten a la etapa de la vida que se está viviendo.

Esto implica que el estilo no tiene edad, sino que debe adaptarse a la evolución personal de cada individuo y adecuarse también al estilo de vida individual.

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La Reina Isabel, un ejemplo de gracia y belleza al vestir

En una entrevista, la diseñadora compartió su perspectiva sobre quién encarna verdaderamente la elegancia y destacó a la reina Isabel de Inglaterra como un ícono genuino de estilo y gracia. La reina ha mantenido su estilo distintivo durante más de 50 años, lo que refleja su papel como líder de la corona británica.

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Así, Carolina Herrera nos recuerda que la elegancia trasciende la mera apariencia física y que la belleza real se encuentra en la autenticidad y en la coherencia entre la forma de pensar, moverse y vestir. Su perspectiva nos invita a reevaluar el valor de la elegancia en un mundo que, en ocasiones, parece obsesionado por lo extravagante y lo inusual, recordándonos que la verdadera elegancia es atemporal y se refleja en la autenticidad y la coherencia personal.