Muchas personas creen que la letra ‘Ñ’ es exclusiva del español y aunque no es así, esta letra caracteriza nuestro idioma, pero ¿cuál es su origen?
La ‘ñ’ no pertenece al alfabeto latino básico y su nombre en español es femenino, mientras que su origen se remonta a la Edad Media.
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Anteriormente, esta letra no había sido incluida en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), pues su incorporación ocurrió en 1803.
Su origen inició cuando los monjes escribían a mano con pluma y tinta. Su primera aparición de la que se tiene registro fue en un texto de 1176 y su existencia se debe al uso de abreviaturas por parte de los copistas.
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Anteriormente, La doble ‘n’ era abreviada con una sola ‘ñ’ a la que se le añadió un trazo arriba, mejor conocido como virgulilla (~).
Mientras que su sonido se extendió junto a su manera de escribir a partir del siglo XIII. En ese mismo siglo Alfonso X El Sabio se encargó de unificar las prácticas lingüísticas con una reforma ortográfica, además este monarca fue quien introdujo la “Ñ” y las primeras normas del castellano.
Antonio de Nebrija incorporó la “Ñ” en la primera gramática española de 1492, cuando su uso ya era cotidiano. Esta letra se encuentra en otros alfabetos relacionados con el español como el gallego, el asturiano, el euskera, así como en lenguas originarias como el mapuche, el guaraní, el mixteco, zapoteco, otomí, quechua o el aymara.
Aunque también la letra “Ñ”existe en otros países que han adoptado la letra ‘ñ’ por su sonido en el tártaro de Crimea, el wólof en Senegal, el bretón y algunas lenguas aborígenes de Australia.