A casi un siglo, un grupo de investigadores pudieron corroborar si el mapa cerebral realizado por Wilder Penfield en 1930—neurocirujano estadounidense que contribuyó con importantes avances en el estudio del tejido nervioso— estaba en lo cierto o había fallado en algo.
Recientemente se publicó en la revista “Nature” la investigación realizada por más de 20 científicos para ver si el homúnculo que había descubierto Penfield realmente acertaba a las funciones motoras de la corteza cerebral que había dicho.
La corteza motora se halla en la parte exterior del cerebro y tiene una especie de franja que empieza justo sobre una oreja y se despliega hasta llegar a la otra.
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Este cirujano estadounidense hizo un peculiar mapa cerebral (el primero de su tipo) derivado de los experimentos que realizaba con los pacientes a los que les tenía que abrir la cabeza para hacerles cirugía.
Cuando hizo este mapa, el neurocirujano se dio cuenta que se apreciaba una especie de homúnculo en cada hemisferio del cerebro. Aunque en aquel tiempo, Penfield aclaró que sus trazos no tenían por qué ser un referente al pie de la letra.
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El infinito estudio del cerebro y sus partes
De acuerdo con el diario “El País”, Wilder Penfield descubrió puntos que estimulan ciertas partes del cuerpo y que están conectadas entre sí, por ejemplo, el dedo índice derecho se movía estimulando un punto contiguo al que mueve el dedo anular.
La investigación realizada por la Universidad de Washington pudo comprobar la conexión de la mente con el cuerpo.
“Demostramos que la representación homúnculo de Penfield se ve intercalada por áreas de una red de acción somato (en referencia al cuerpo) cognitiva (referido a la mente)”; explicó Evan Gordon, neurocientífico de la Universidad de Washington.
¿No tenemos mente?
Eso quiere decir que, esta red muestra una gran conexión entre sí que está activa por muchos tipos de movimientos, pero sobre todo, cuando se piensa en ejecutar el movimiento antes de hacerlo.
Una de las conclusiones más impactantes—después de comparar la investigación con lo que ya había dicho Penfield— fue que el vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología, Jesús Porta, dijo que “la mente no existe, solo hay cerebro”.