En el Día Mundial de las Trabajadoras Domésticas, en México se calcula que el 98 por ciento de las personas que trabajan en esa condición lo hacen sin contrato.
María Elena Esparza Guevara, presidenta de Ola Violeta y consejera en Género del Consejo Ciudadano de la CDMX, destacó que al cierre del 2022 el IMSS reportó 53 mil 584 trabajadoras del hogar inscritas de un universo de 2.3 millones en nuestro país: la cifra de formalidad es todavía muy baja.
"El derecho a la seguridad social es solo una de las brechas a las cuales se enfrentan las personas trabajadoras del hogar", señaló.
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Lo mejora para quienes se han afiliado, que se mantienen como una minoría en este sector productivo, en términos de cuidado de su salud física y de la posibilidad de recibir una pensión en su momento de retiro o de estar protegidas en caso de alguna discapacidad adquirida, pero el problema de fondo es la normalización de una serie de violencias que las objetivizan y las invisibilizan, destacó la especialista.
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"Desde la famosa frase de “son como de la familia”, aunque en realidad no se les garantice su derecho al descanso o a la privacidad hasta abusos cotidianos que pueden alertarnos sobre riesgo incluso de un delito tan grave como la trata de personas, que también es conocida como la forma moderna de esclavitud", destacó.
Recomendó el Violentómetro para Trabajadoras del Hogar que desarrolló el Consejo Ciudadano de la CDMX para que todas ellas puedan ubicar su nivel de riesgo.
Persiste la desigualdad
En el caso de las trabajadoras del hogar hay intersecciones de vulnerabilidad que las sitúan entre los sectores productivos en mayor riesgo.
La propia Conapred ha alertado respecto a que quienes más padecen discriminación en nuestro país son mujeres indígenas y estas dos son condiciones altamente presentes en las trabajadoras del hogar, muchas incluso llegan a trabajar a las ciudades sin dominar el español, lo cual las aleja aún más de la posibilidad de reportar o denunciar alguna falta contra sus derechos y afecta su autoconfianza.
Trabajo conjunto contra desigualdad a trabajadoras del hogar
Como todos los problemas de desigualdad estructural, es imposible pensar en que se resuelvan si no hay esfuerzos coordinados no solo del gobierno y de la sociedad civil organizada, sino realmente desde nuestra responsabilidad personal.
"Literalmente empezar desde casa: si una trabajadora del hogar colabora con nosotros debemos asumir que tenemos las obligaciones de cualquier empleador o empleadora porque el trabajo doméstico sí es un trabajo", señaló María Elena Esparza Guevara.
La sociedad patriarcal ha normalizado que las labores de cuidado no sean remuneradas y romper ese mito es un gran pendiente de todas y todos y en el Día Mundial de las Trabajadoras Domésticas, en México se calcula que el 98 por ciento de las personas que trabajan en esa condición lo hacen sin contrato.