¡Vaya que angelito! Este niño compró miles de dólares en comida a domicilio, usando el celular y la tarjeta de crédito de su papá.
Este es un claro ejemplo del porque no hay que dejarle a los pequeños nuestros dispositivos móviles.
¿Te imaginas estar en casa descansando y de pronto comienzan a tocar la puerta una y otra vez? Pues esto le pasó a este hombre de nombre Ketih Stonehouse.
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Y lo más sorprendente es que cada vez que alguien llegaba a su puerta le entregaba un producto de comida distinta ¿Qué pasa? Se preguntó.
Niño compra miles de dólares en comida a domicilio
Resulta que su pequeño Mason estuvo explorando el celular del papá y se topó con la aplicación Grubhub (famosa en Estados Unidos para pedir alimentos).
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El pequeño de tan solo 6 años, platillo que veía, platillo que se le antojaba y pedía, para compartir en familia; mientras que su padre pensaba que estaba dormido.
Esto sucedió en la ciudad de Chesterfield —en la periferia de Detroit, Estados Unidos – alrededor de las 21:00 horas, cuando decenas de repartidores comenzaron a tocar el timbre para entregar la comida.
¿Cuánto gastó en comida?
Desde camarones, wraps de pollo, helado, papas fritas y pizza Mason gastó a través de esta app alrededor de mil dólares (unos 189 mil 565 pesos).
Los pedidos fueron tantos que, incluso el banco de Keith envió una alerta de fraude y rechazó un pedido de pizza de 400 dólares (7 mil 580 pesos).
En su desesperación Ketih intentó contactar a los restaurantes para cancelar los pedidos, pero le respondieron que la cancelación sólo podía hacerse a través de Grubhub.
Finalmente, Grubhub contactó a la familia Stonehouse sobre el “aumento inesperado en el gasto” y, al comprender la situación, les ofreció mil dólares en tarjetas de regalo.
Mason fue regañado por sus padres quienes le prohibieron tocar los teléfonos, además le retuvieron un poco de su dinero para compensar el gasto que hizo, asimismo, le hablaron sobre la importancia del dinero.
Luego de que este niño compró miles de dólares en comida con el celular y tarjeta de papá, no pudieron devolver nada, por lo que la familia terminó compartiendo la comida con los vecinos.