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Sabías que los Pingüinos no existen: Esta es la razón

Los verdaderos pingüinos se extinguieron desde 1844, ¿Lo sabías?

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Los pingüinos que conocemos hoy en día no son los verdaderos pingüinos, pues la especie originaria se llamaba Pinguinus impennis y esta se extinguio en 1844, cuando la última pareja reproductora fue exterminada por cazadores en el islote de Eldey, Islandia.

Los animales a los que llamamos pingüinos no son verdaderos pingüinos. En realidad, pertenecen a una familia de aves del orden Sphenisciformes, estos fueron llamados "pájaros niño" o "pájaros bobo" por los primeros europeos.

Los auténticos pingüinos eran una especie de alca gigante, científicamente conocida como Pinguinus impennis. El nombre "pingüino", dado por los primeros expedicionarios británicos a los pájaros bobo del sur, se originó en el galés "pen gwyn", que significa "cabeza blanca". Estas aves se caracterizaban por su tamaño (aproximadamente un metro de altura y 5 kilogramos de peso), plumaje negro y blanco, patas oscuras y palmeadas, pico robusto utilizado para cazar peces, y la incapacidad para volar.

¿Por qué se extinguieron los Pinguinus impennis?

La extinción de los verdaderos pingüinos fue consecuencia de una intensa persecución humana.
Incapaces de volar, estas aves fueron cazadas indiscriminadamente, sus huevos y plumas recolectados, y su alimento agotado por la sobreexplotación pesquera. 

A pesar de ser apreciadas como presas desde la prehistoria, desaparecieron en Europa continental a finales del siglo XVI y solo persistieron al norte de Nueva York en América del Norte.

En el siglo XVIII, los naturalistas describían el sabor de los verdaderos pingüinos como atroz, pero los marineros continuaron cazándolos. La isla de Geirfuglasker, un refugio clave, desapareció en 1830, forzando a las aves a mudarse a otras áreas de Islandia. Las guerras napoleónicas aumentaron la presión de caza, y en 1844, la última pareja conocida fue cazada en Eldey, marcando el fin de esta especie.

La historia culmina con la demanda de coleccionistas europeos por pieles y ejemplares disecados, sellando trágicamente la desaparición de los últimos verdaderos pingüinos.