Este chile en polvo es recordado por muchas generaciones, sobre todo el época de nuestra infancia, pues tanto en las escuelas como en el hogar, se ha llegado a consumir un poco de ‘Miguelito’.
Es un dulce con mezclas interesantes, lo que lo hace aún más entrañable por la población, tiene un sabor tan único, que hasta las personas lo han llegado a consumir directo de la bolsa o botecito.
Se caracteriza por su combinación de chamoy y tamarindo; lo que le da ese sabor ácido y dulce al mismo tiempo.
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Existen dos marcas una japonesa y la otra mexicana; Miguelito y Miguelito Chamoy
La historia de Miguelito que pocos conocen
Su origen data aproximadamente desde la década de 1960, cuando Felipe Zúñiga Chávez llegó a la Ciudad de México a trabajar al rancho de los Iwadare, una familia japonesa.
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Se dice que el ‘Miguelito’ realmente se inspiró en la gastronomía japonesa, la cual también se distingue por sus peculiares salsas y picantes.
Supuestamente el chamoy es una salsa de origen oriental, ya que está basada en el umeboshi; una ciruela seca que se fermenta con sal y hojas de shiso. Es pequeña, arrugada, rosa, y con sabor ácido y salado. Se exprime para extraer su jugo; dando como resultado una deliciosa mezcla salada con tintes ácidos.
Un polvo de origen japonés
Japón intentó ingresar al mercado este aderezo y convertirlo en un condimento más, pero México lo adoptó más como un dulce y acompañante para las frutas, frituras y cualquier otro alimento que sea digno de él.
Los Iwadare compartieron su receta con Felipe Zúñiga, el cual supo adaptarlo para comenzarlo a vender en pequeñas tiendas.
Le fue puesto el nombre de ‘Miguelito’ en honor a Miguel Palomar, quien fue amigo de Felipe Zúñiga e inversionista para que este dulce llegara al mercado. De hecho, su nombre original es Miguel Ángel, razón por la cual su logotipo es cupido.