El Vamping, es un tipo de comportamiento nocturno y como su nombre lo dice, hace referencia a un estilo de vida en la noche parecido a la de los vampiros.
Las personas se quedan despiertas hasta el amanecer por estar consumiendo algún contenido en internet, chatear o pertenecer a una cibercomunidad.
En realidad, aplica para todos lo sectores poblacionales, a menos que nunca te hayas desvelado por estar en el celular hasta altas horas de la madrugada.
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Consecuencia de una sociedad hiperdigitalizada
Aunque se hace mayor énfasis en las y los jóvenes, ya que el Observatorio Nacional de la Adolescencia aseguró que 6 de cada 10 adolescentes afirman quedarse despiertos hasta la madrugada platicando o jugando con amigos.
El 62 % de los adolescentes permanece despierto hasta altas horas de la noche y el 15% se despierta sistemáticamente, incluso después de dormido, para consultar las notificaciones en las redes sociales, de acuerdo con dicho Observatorio.
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¿Qué pasa por las noches?
Los trastornos del sueño se han acentuado con la evolución de la tecnología y las redes sociales. El no querer despegarnos del celular, demuestra una adicción inconsciente en muchas personas de todas las edades.
Por lo general, en las noches es cuando tenemos mayor privacidad e intimidad con nosotros (as) mismos, y la forma de vinculación a altas horas de la noche o de la madrugada con otras personas del ciberespacio, provoca un mayor entusiasmo y cercanía que durante el día.
La ritmicidad biológica es fundamental en todo ser vivo para mantener un equilibrio fisiológico, ya que indica los periodos de actividad y descanso, desde los procesos celulares hasta los conductuales.
Los riesgos
Los riesgos por la alteración del sueño son:
- irritabilidad y nerviosismo;
- poca atención e interés en el mundo real
- fatiga física y emocional
- aumento de los niveles de ansiedad
- estado de ánimo con tendencia a la depresión
El fenómeno Vamping, se produce por la noche cuando se liberan las inhibiciones y la mente se nubla por el sueño y el cansancio, lo que favorece conductas patológicas como el sexting, el ciberacoso y la difusión de material privado en la red.