Por: Berenice Aburto Montalvo
Historia de Carmen:
No todo es negativo en tiempo de crisis, la mayoría de las personas de alguna manera salimos de nuestra zona de confort para sobrevivir a la pandemia. Soy Teacher desde hace 20 años y tengo 55 años de edad. Me encanta la docencia y transmitir los conocimientos a mis alumnos de una forma dinámica y divertida para que adquieran el aprendizaje del idioma.
Yo nací cuando no existía la tecnología como ahora, de hecho estudié secretaria biling\u00fce y todo se hacía con máquinas de escribir, usando teclas y cintas de tela con tinta para trabajar. Así fue mi formación, sin uso ni conocimiento de las Tecnologías de la Información y Comunicación. Fue tanto mi gusto por el inglés que decidí estudiar Inglés para ser Teacher y certificarme en el idioma ante una institución internacional para que avalara mi conocimiento y habilidad.
*Información relacionada: Angustia e incertidumbre, historia de un taxista en tiempos de Covid-19
En el proceso de preparación mi hija me apoyo mucho para enseñarme lo básico de cada una de las plataformas y programas que iba a utilizar para empezar a planear mis clases; presentaciones en power point, tareas en word, envío de las mismas por classroom, evaluaciones en excel y clases por zoom. Sabía que me enfrentaría a muchas situaciones, pues las generaciones de hoy dominan a la perfección la tecnología y quizá algunos alumnos se aburrirían o manejarían la plataforma a su conveniencia sabiendo que yo carecía de esa habilidad.
Recuerdo que en una de mis primeras clases cometí un error producto de mí inexperiencia con la tecnología, los alumnos ya trabajan con libros digitales y en plena presentación proyecte la hoja de respuestas. A cualquiera le pudo haber pasado, y eso no me desanimó, al contrario, me impulsó a seguirme preparando y no desanimarme con este nuevo reto.
Lo primero que hice fue creer en mí, dar mis clases tras una pantalla con toda la seguridad y dar atención personalizada a cada uno de mis alumnos, así\u0301 pasaron 3 meses de trabajo continuo, de dar mis clases a 6 grupos diferentes, y lo más importante, que los alumnos aprendieran más que cumplir con un plan o programa.
La organización para preparar clases en este tiempo ha sido doble, en clases presenciales únicamente "planeación didáctica argumentada"y para dar en modalidad "online" buscar y preparar material, calificar después de clases en línea a los 110 alumnos utilizando 4 rubricas diferentes. Esto ha representado un esfuerzo extra que sin duda ha sido desafiante pero al mismo miento una oportunidad de reinvención.
He de confesar que la rutina ha sido agotadora, tengo que combinar los quehaceres del hogar con la docencia, y más aún que la casa se convirtió en oficia para mi esposo he hija, además de mi salón de clases. De un día para otro cambiaron mis funciones: a las seis de la mañana me levanto al baño, me arreglo, preparo el desayuno antes de empezar y entre clase y clase aprovecho para comer algo. Más tarde debo correr a preparar la comida, servir, lavar todo al terminar y continuar con más clases. Revisar, calificar trabajos, preparar clases, así como limpiar y dejar todo listo para el día siguiente ha sido mi rutina en este confinamiento, aumentando tanto el trabajo laboral como el de casa.
Al termino del ciclo escolar recibí felicitaciones de mis alumnos de secundaria, uno de ellos me dijo “estoy orgulloso de usted, porque a pesar de que no dominaba la tecnología sus clases fueron un éxito". Eso me lleno de alegría y de un gran compromiso para seguir superándome, actualizar mis conocimientos y aprender lo más que se pueda ante el repentino cambio de enseñanza y estudio.
La graduación de mis alumnos de sexto de primaria y tercero de secundaria fue virtual; bailaron el vals desde sus casas y brindamos todos al mismo tiempo agradeciendo que el ciclo escolar haya concluido diferente en forma no así en tiempo ni aprendizaje.
Sin lugar a duda 2 generaciones que para el resto de sus vidas será diferente pues son las únicas desde que tengo uso de razón que se gradúan de forma virtual por alguna situación. No todo es negativo en tiempo de pandemia y resguardo, siempre hay que pensar en positivo y nunca dudar de uno mismo. No sabemos a ciencia cierta cómo será el próximo ciclo escolar pero desde ya estoy tomando webinars para ser la mejor y que los alumnos aprendan desde casa sin aburrirse y que disfruten cada una de sus clases.
Esta es la historia de Carmen que al trabajar para el sector privado debió preparase por su cuenta, y lejos de representar un obstáculo, se abrió una oportunidad de crecimiento personal y profesional.
Según la Encuesta Internacional sobre la Enseñanza y Aprendizaje de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) poco más del 25% de profesores en México cuentan con 50 años o más, mientras que el 21% tienen 60 años o más. Esto ha ocasionado que una parte de la docencia manifestara, en la misma encuesta, dificultades con el uso de las tecnologías y una falta de atención en la formación continua en las mismas para la educación pública.