La fallida restauración del Ecce Homo de Borja a cargo de Cecilia Giménez dio la vuelta al mundo en el año 2012. Pero no se trata de un caso único, ya que este tipo de intervenciones inadecuadas sobre el patrimonio artístico son más frecuentes de lo que parece y provocan "cambios irreversibles" en algunas obras.
Un ejemplo lo acaba de padecer un coleccionista particular de Valencia, quien encargó por unos 1.200 euros a un restaurador de muebles y otras piezas como espejos la limpieza de una copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo.
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Sin embargo la encomienda resultó bastante mal, ya que al observar el trabajo terminado del pintor el rostro estaba completamente desfigurado.
Al pedirle explicaciones al autor de la “restauración”, este intentó “solucionar” el problema, pero el resultado del trabajo ha sido una imagen que nada tiene que ver con la original.
Hasta el próximo 14 de julio el Museo de Bellas Artes de Álava expondrá "La Inmaculada del Escorial" (Bartolomé Murillo, 1660-1665) como parte del proyecto "De gira por España" #Prado200 #ElPradoenVitoria pic.twitter.com/tLi2e9of7C
— Museo del Prado (@museodelprado) June 19, 2019
Ahora, el coleccionista se ha puesto en contacto con otro especialista, este sí formado para esta labor, que intentará rehabilitar la obra, informó La Vanguardia.