Los científicos lo bautizaron “La Cosa”: un misterioso fósil del tamaño de una pelota de baloncesto aplastada hallado en la Antártica y que permaneció en un museo chileno a la espera de que alguien descubriera de qué se trataba exactamente.
Ahora, una investigación ha revelado que el misterioso fósil, hallado hace nueve años por investigadores de la Universidad de Chile y del Museo Nacional de Historia Natural, es en realidad un huevo de cáscara blanda, el más grande que se conoce hasta la fecha, posiblemente de un tipo de serpiente o lagarto que vivió hace más de 66 millones de años.
Esta revelación acaba con casi una década de especulaciones sobre el fósil, y podría cambiar las teorías sobre la vida de criaturas marinas en esa era, declaró Lucas Legendre, autor principal de la investigación publicada el miércoles en la revista Nature.
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Según el análisis realizado conjuntamente por investigadores de la Universidad de Texas, de la Universidad de Chile y del Museo Nacional de Historia Natural, se trataría del mayor huevo de la era de los dinosaurios.
El fósil fue descubierto en 2011 por un grupo de científicos chilenos en la Antártica. Parece una gran pelota de baloncesto aplastada o un saco plegado pero mide nada menos que 29 por 20 centímetros.
“Esta es una de las pocas veces que se ha encontrado un huevo en un sedimento marino y, además, blando. Es curioso que se haya preservado ahí. […] Esto quizás nos da una pista de en qué tipo de entornos podríamos encontrar otros huevos de este tipo”, precisa Alexander Vargas, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y director del Proyecto Anillo Registro Fósil y Evolución de Vertebrados.
Durante años, científicos visitantes habían examinado el fósil en vano, hasta que en 2018 una paleontóloga de la Universidad de Texas sugirió que podía tratarse de un huevo.
Esta hipótesis no era la más obvia dado su tamaño y su aspecto, y no había ningún esqueleto dentro que lo confirmara.
“En realidad no tenían ninguna idea muy clara de lo que podía ser, entonces le pusieron ‘La Cosa‘, como la película, porque era de la Antártica y porque era una cosa amorfa”, explicó Vargas.
Análisis de partes del fósil revelaron “una estructura en capas similar a una membrana blanda y una capa externa dura mucho más delgada, lo que sugiere que tenía una cubierta blanda”, detalla Lucas Legender.