Según Production Club, compañía diseñadora del traje Micrashell, este atuendo de medio cuerpo ofrece con su casco protección similar a la N95, a la par que permite beber y regular el sonido.
"Evitamos hacer un traje completo porque sería muy molesto tener que quitárnoslo para ir al baño y para asegurarnos de que fuera posible mantener relaciones íntimas", explica el diseñador Miguel Risueño en declaraciones al diario español La Razón.
"A muchas personas les está costando mucho volver a salir y relacionarse por miedo al contagio" explicaba en entrevista con Efe la doctora en psicología María José Collado, en alusión al "Síndrome de la Cabaña".
"Llevaban tiempo queriendo verse cara a cara. Tomar ese café prometido, o incluso ir más allá en el atrevimiento y brindar con una copa. Tras compartir tantas canciones entre mensaje y mensaje, soñaban con ir juntos al primer concierto que su grupo favorito diera una vez las cosas regresasen a la nueva normalidad.
Pero la forma de relacionarse entre las personas había cambiado a raíz de la pandemia Y ellos llegaron a creer que nunca tendrían manera de materializar su relación\u2026 Hasta que llegó el traje.
No era el atuendo más glamouroso, ni el más cómodo. Se sentían como dentro de una película futurista, a punto de viajar a otro planeta. Pero así, aunque sus labios no pudieran tocarse, disfrutaron de aquel festival de música con una bebida en la mano\u2026 e incluso pudieron llevar su romance al plano físico.
Era una nueva manera de amar y de desearse sin riesgos de virus: sus rostros, protegidos por la pantalla. Sus cuerpos, cubiertos salvo por la parte necesaria para sentirse. Para ellos, tras amarse a dos metros de distancia, era mucho más que suficiente".
¿Síndrome de la cabaña o simple precaución?
El anterior fragmento constituye un relato ficticio pero, no obstante, trata un tema que a muchas personas les preocupa en esta época de crisis sanitaria: ¿cómo volver a disfrutar del ocio o las relaciones humanas sin riesgos de contagio? Ir a un concierto, a un café, mantener relaciones íntimas, fumar acompañado\u2026 Son actividades que, al menos por el momento, pueden considerarse "prácticas de riesgo" en algunos países.
"Una de las cosas que más me gusta es disfrutar de la música en directo" afirma a Efe Benjamín, músico y aficionado a ir a conciertos. "Sin embargo, no sé cuánto tardarán en poder disfrutarse en todo mi país (España) de manera segura\u2026 Ni sé si me atreveré a ir, conforme los vayan permitiendo. No me siento seguro de momento".
En la misma línea, pero sobre otra actividad también muy recurrente, habla Diana: "una de mis cosas favoritas antes de la cuarentena era ir a tomar algo con mis amigas, pero ahora, aunque vuelvan a abrir las cafeterías\u2026 ¿Cómo sé que se van a garantizar todas las medidas? Vivo con una persona de riesgo por su edad, y me da miedo contagiarla".
Diana habla, también, sobre su vida amorosa: "llevo dos meses sin poder ver ni abrazar a mi pareja, y, cuando por fin podamos\u2026 ¿Cómo saber que no vamos a poner en riesgo a nuestros padres? Y eso siendo alguien de mi confianza: ¡no me imagino teniendo que tener una primera cita ahora mismo", expresa.
Hay quien puede pensar que estos jóvenes están siendo precavidos y responsables. Otros pueden considerar que sufren el llamado "Síndrome de la Cabaña", que provoca en aquellos que han sufrido algún tipo de reclusión o encierro un temor a salir y volver a la normalidad, y que muchas personas están experimentando a raíz de la cuarentena. Otros considerarán que simplemente están siendo responsables y precavidos.
"A muchas personas les está costando mucho volver a salir a la calle: ¿y si me cruzo con alguien y me contagio? ¿y si toco aquí o allí? ¿y si\u2026?" explica a Efe la doctora en psicología María José Collado, quien considera que "es importante que seamos realistas sobre el riesgo que corremos al salir: ni minimizarlo como si fuese imposible contagiarse, ni magnificarlo como si irremediablemente fuésemos a hacerlo".
En cualquier caso, y más allá de las consideraciones médicas, el temor a relacionarse como antes o a volver a las antiguas aficiones, afecta a algunas personas y, quienes comprendiendo esto, han buscado una curiosa solución que, aunque pueda por su aspecto evocar a las ficciones futuristas, podría ser muy real: un traje para socializar sin riesgos de contagio.
Traje del futuro, ideal para el presente
Este particular traje, que recibe el nombre de Micrashell, ha sido ideado por la compañía Production Club, con sede en Los Ángeles (Estados Unidos), con una rama de la compañía en España, de donde es Miguel Risueño el responsable del diseño. De momento, solo han compartido el concepto con el mundo y la idea todavía no se ha producido ni tiene precio pero, según informa el diario español La Razón, ya habrían recibido algunos pedidos.
"Este nuevo traje de protección personal ofrece una solución para los sectores del ocio musical y nocturno, y para el futuro de la interacción social, dado que estos eventos son esenciales para la experiencia humana, y crean los recuerdos que definen nuestras vidas", según afirma en Corey Johnson, Jefe de Proyectos Especiales de Production Club.
"Estamos entusiasmados con el desafío de crear soluciones innovadoras para impulsar el entretenimiento en vivo de calidad y la conexión humana", añade Johnson.
En ese sentido, Miguel Risueño señala que "Production Club nació en la contracultura delirante, por lo que el DJ y la fiesta segura están en nuestra sangre".
"Si surge un obstáculo que impide que esto ocurra de repente, es nuestra responsabilidad como líderes y diseñadores encontrar soluciones para ello", añade Risueño.
Para agregar: "Decidimos orientarnos hacia algo emocional, físico e inherentemente humano, para que la industria en su conjunto pudiera tener una oportunidad más amplia de recuperarse rápidamente".
Así, el Micrashell es un traje de medio cuerpo: "evitamos crear un traje de cuerpo completo por razones prácticas: sería muy molesto tener que quitárnoslo para ir al baño. También tratamos de asegurarnos de que, si alguien quisiera tener relaciones sexuales, sea posible", explica Risueño en declaraciones a La Razón.
Además, según la compañía en su nota de presentación, tiene un casco con capacidad de filtración del aire y cuyo nivel de protección se inspira en el recomendado N95 o FFP2, cuya pantalla transparente facilita la visibilidad, y con un sistema de altavoces internos para controlar el sonido.
También incluye un compartimento especial bajo el casco para poder beber y fumar, y con otros accesorios como cámara de vídeo y un bolsillo especial para los teléfonos móviles.
Y, más allá de sus posibilidades empresariales, ¿lo vestirá la gente de manera individual? Hay quienes como Benjamín, lo tienen claro: "he sido fan de \u2018Comando G\u2019 desde pequeño, y tengo ganas de volver a ir a un concierto sin preocuparme por ningún virus, así que\u2026 ¿Por qué no?".
Diana, por su parte, tienen recelos: "no sé yo si estéticamente será lo más \u2018in\u2019 del momento, y menos para ligar\u2026 ¡Pero quién sabe", bromea.
No sabemos si cuajará como tendencia entre los más jóvenes pero, de momento, el Micrashell es una idea para disfrutar de los eventos y actividades de ocio, o del contacto humano.
Fotos: EFE