Historia de Joan:
Un bello amanecer de un viernes me permitió conocerte, nos miramos, nos hablamos y entablamos una bonita amistad desde el 2019, tan bonito fue el camino que cuando llegamos a 2020 decidimos iniciar una relación de novios, nos fuimos de viaje, nos reíamos, nos escribíamos, nos mensajeábamos; toda era felicidad, me dijiste que tenías dudas por una relación larga de 3 años, pero que lo intentaríamos, me comentaste que sólo era él, que no había nadie más.
La primera semana de la cuarentena la sobrellevé, la segunda fue un infierno, tú me decías que no salías, pero tus hechos decían otra cosa, me di cuenta, lo hablamos y me confesaste que había otro que te gustaba, recuerdo aún tus palabras: "Sí, Joan, sí me gusta", su nombre es Ricardo, desde ese día sufro de ansiedad.
Me sudan las manos, encerrado, sin poder verte al no querer arriesgar a mis padres del Covid-19, estoy nervioso, ansioso y desesperado, una ocasión no me contestaste el teléfono en tres oportunidades, en la última, prefieres mandarme mensaje, ¿por qué? solo tú lo sabes.
Ricardo me aterra, lloro, pienso que estás con él, dices y haces otras cosas, tal vez no hiciste nada, pero ocultarme por evitar un conflicto, derivó en otro, sueño a este individuo, me despierto gritando, no me deja en paz, veo las mismas paredes, las mismas caras, los mismos objetos: ¡Me estoy volviendo loco!
Cuando estoy tranquilo, me mandas una captura de pantalla a mi celular, no te das cuenta, ahí veo que pláticas con él, días antes me asegurabas que ya no te hablaba porque te decidiste por mí, en pocas palabras, Ricardo se ha encargado de destruirme, tu dices que no significa nada para ti pero sigues en contacto, te reclamo y te pones a la defensiva :"no tengo porque hacer lo que tu dices", "tú no me vas a decir a quien le debo hablar", "tu no me vas a controlar", todo esto porque sientes feo "porque es tu amigo", y no lo es, es un hombre al que le gustas y yo merezco respeto.
Estoy impaciente desde aquel día, me sudan las manos, tu dices que no confío, te equivocas, en ti confío, en él, no. Estoy triste porque estoy entre cuatro paredes, tanta es la ansiedad que quiero fumar, tengo miedo de volver a caer, ese vicio lo dejé hace 9 años, ¡Ricardo te has encargado de que mi mente esté alterada en este encierro!, siento que es una cárcel, te ríes de mí, esto es una pesadilla, no sé que hacer, si salgo me contagio, si salgo arriesgo a mi familia, ¡Lárgate de mi mente!
Joan de 35 años, sufre de ansiedad, con respecto a ello, expertos aseguran que el aumento de esta enfermedad "y el aislamiento forzado pueden causar daños duraderos, especialmente a aquellos con enfermedades mentales preexistentes. Sin embargo, para otros, no tener que enfrentarse al ‘exterior’".
En temas de infidelidad, el diario El País confirma que "la intimidad de Internet permite poner los ‘cíbercuernos’ sin quebrar la cuarentena obligatoria". Además, el estudio "Aventuras y Aislamiento Social" realizado por Ashley Madison, confirma que "las mujeres parecen adaptarse mejor que los hombres a esta situación del coronavirus, pues establece que interactúan más con otro y otros, que si bien los hombres también lo hacen, aquí 1 de cada 3 mujeres practica cibersexo con otro individuo".
Finalmente, el estudio revela que "tras el shock inicial del confinamiento, el nivel de angustia, ansiedad y miedo disminuye y muchas personas experimentan un aumento del deseo sexual, aunque no siempre hacia su pareja" inquietando la mente de sus parejas y derivando en violencia de género para evitar llegar a esto se recomienda que la gente lea, escuche música, baile, dibuje o hable con otras personas para mantener la mente ocupada.