Fiel a su estilo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que el coronavirus podría extenderse desde México, con lo que nuevamente aprovechó para promocionar su polémico muro fronterizo como una solución. Sin embargo, visto desde el sur de su frontera, el mayor riesgo es la infección desde el norte.
Por años, los residentes de la ciudad mexicana de Tijuana, justo enfrente de San Diego, California, han cruzado a diario para llegar a sus empleos y escuelas. Pero ahora, muchos dicen que desconfían de traer de vuelta el brote surgido en China.
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Perla Macías, una residente de Tijuana que a diario debe cruzar la frontera para ir a su trabajo en San Diego, en una tienda de maquillajes, ve su viaje cotidiano como de alto riesgo, pero admite que es inevitable.
“No quiero enfermarme, pero no tengo otra opción”, dijo. “Allá trabajo”.
En México, las autoridades han detectado hasta el momento 16 contagiados y ninguna muerte, una fracción de los más de 1,300 casos confirmados en Estados Unidos, donde ha habido docenas de muertes.
Sólo en California, se han confirmado 50 casos y cuatro muertes.
BURLÁNDOSE DEL MURO
La semana pasada, Trump señaló que su muro fronterizo es “más necesario que nunca”, citando el coronavirus como un nuevo argumento para construir la polémica barrera.
La abrumadora mayoría de los mexicanos se opone al muro y se remonta a la campaña presidencial de Trump en la que arremetía rutinariamente contra México y sus migrantes, a quienes incluso llamó delincuentes y violadores.
Sin embargo, en las redes sociales, los mexicanos bromearon el jueves sobre el nuevo próposito del muro: evitar que los ciudadanos estadounidenses infecten a los mexicanos.
En referencia a los sarcásticos comentarios, Julián Palombo, un funcionario de la cámara de negocios de Tijuana, dijo que lo que se necesitaba eran medidas mucho más duras para controlar las infecciones provenientes de Estados Unidos.
“Ahí sí aplica que se construyera un muro, pero un muro sanitario (…) para evitar correr riesgo de posibles contagios”, dijo.
Al igual que otros empresarios y ciudadanos consultados por Reuters, Palombo se lamentó por la falta de controles sanitarios en cruces fronterizos por tierra e incluso en aeropuertos cercanos. Agregó que las mascarillas y el desinfectante para manos estaban escasos en ambos lados de la frontera.
“Muchos estadounidenses están viajando a Tijuana para comprarlos, ahora están escasos”, afirmó el también empresario farmacéutico.
El coronavirus ha infectado a más de 129 mil personas en todo el mundo y ha cobrado la vida de unas 4,700, la gran mayoría en China continental.
Algunos expertos especulan que el brote es más agudo en México y Estados Unidos de lo que sugiere el número relativamente bajo de casos confirmados, debido a pruebas insuficientes para el virus. Autoridades mexicanas han afirmado que tienen una estrategia clara de contención.
El alcalde de Tijuana, Arturo González, dijo la semana pasada que está trabajando con los funcionarios del estado Baja California para implementar mejores controles de salud en las personas que cruzan a pie todos los días.
Dulce Molina, cuyo esposo trabaja en un hotel de San Diego, apoyó medidas de saneamiento más estrictas en la frontera, pero dijo que una barrera física no era la solución.
“El coronavirus puede simplemente saltar por encima de las paredes si así lo desea. Por eso está en todo el mundo”, dijo.