Desde hace 25 años el águila real, símbolo patrio de México, está en peligro de extinción en el país y se calcula que actualmente hay menos de 150 nidos en lugares protegidos.
Víctima de cableado de alta tensión por sus altos vuelos, ingesta de roedores envenenados y su captura para ser comercializada como mascota; mantienen a la emblemática especie en constante amenaza.
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La subcoordinadora de Especies Prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), Esther Quintero Rivero, recordó en entrevista con Notimex que al formarse el programa para la Conservación del Águila Real en 1999 existían entre 30 y 80 nidos a nivel nacional y hoy existen menos de 150, que aunque pudiera parecer un gran avance, es sólo un pequeño paso en el intento por proteger a esta ave.
Aunque este conteo es complicado, debido a que se trata de una especie que anida en lugares muy altos o acantilados, quienes se dedican a la conservación de la especie han podido contar unas 180 parejas de águilas.
El águila real fue incluida en la lista de especies en riesgo de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-1994, cuya última actualización se llevó a cabo en el año 2010 y se decidió que continuaría enlistada.
Una de las causas que puso en riesgo al águila mexicana es la electrocución de los ejemplares en los cables de alta tensión que llevan el servicio de electricidad a las poblaciones cercanas.
Sólo por citar un caso, en 1999 la organización Hawks Aloft reportó la muerte por electrocución de nueve ejemplares, situación que continuó a lo largo del año 2000 en el municipio de Janos, Chihuahua, tras el tendido de líneas de alta tensión en la zona por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Otra causa de muerte es el envenenamiento de su alimento que consiste en liebres, pequeños mamíferos, aves, reptiles e insectos, incluyendo carroña cuando los mamíferos son escasos.
Pese a ello, la representante de Conabio expresó que los esfuerzos para rescatar al ave están funcionando a través de la concientización de las comunidades que habitan en los alrededores de las zonas en donde aún existen águilas, las cuales además han apoyado para su protección.
El águila real habita principalmente en zona áridas, semiáridas, montañosas con bosques templados, aunque prefiere ambientes templados en montañas cercanas a valles, laderas de montañas, cañadas y praderas.
Quintero Rivero dijo que para tener éxito en el rescate del águila real es necesaria la concientización de la población, principalmente para que eviten envenenar a los roedores, además de proteger sus hábitats de cableados aéreos.