Cerca de tres mil personas se han agolpado el pasado domingo a las puertas del intu Xanadú, un centro comercial de la localidad madrileña de Arroyomolinos, para optar a uno de los 500 regalos que el gigante asiático AliExpress daba en la apertura de su primera tienda física permanente en Europa.
Aunque solo los 500 clientes más madrugadores de la multitudinaria cola tenían derecho a un presente, han sido cientos las personas que han desafiado el sol y el calor con el único aliciente de ser de los primeros en cruzar la primera puerta europea entre el mundo ‘online’ y el desconectado del comercio chino.
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El primero en acceder a la tienda, que abrió de forma puntual a las 12.00 horas, fue David, un joven que llevaba acampado desde el viernes pasado a las puertas del centro comercial y que ha sido recibido, entre vítores y aplausos de los empleados de la tienda, con un smartphone último modelo.
Los otros afortunados recibieron regalos en los que destacaban teléfonos inteligentes, patines eléctricos, robots aspiradores, drones y cámaras.
El nuevo AliExpress se asemeja a una moderna galería al estilo de una Apple Store.
Los stands principales de la tienda están distribuidos en amplias mesas a lo largo de un corredor, ocupados por escaparates minimalistas de teléfonos y tabletas.
En el centro de la tienda hay patines eléctricos, drones, robots aspiradoras, cafeteras y más aparatos electrónicos, además de un área de videojuegos en donde los clientes podrán probar las últimas novedades.
El objetivo de AliExpress es introducir en Europa la idea fusionar la experiencia tradicional de compra offline con las ventajas del mundo digital.