Los residentes de Florida están habituados a convivir con caimanes, serpientes pitón, manatíes… e iguanas verdes, una especie invasora tan próspera que las autoridades de vida silvestre rogaron matarlas “siempre que sea posible”.
“Los propietarios de viviendas no necesitan un permiso para matar iguanas en su propiedad“, recordó la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC) en un comunicado.
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“FWC alienta a los propietarios a matar a las iguanas verdes en su propiedad siempre que sea posible”, pidió.
Y si no aparecen en una propiedad, también es posible matarlas en 22 terrenos públicos que la FWC lista en su página web.
De las más de 40 iguanas exóticas que hicieron de Florida su casa, la especie “iguana verde” (nombre científico: “Iguana iguana”) es la que recibió esta condena a muerte.
Esta especie llegó a este estado del sureste estadounidense en 1964 como resultado del comercio de animales y acabó dominando el paisaje de Florida gracias a su clima subtropical y la escasez de predadores.
Son tantas -están en todas partes, hay reportes de iguanas que aparecen incluso en el inodoro– que su amenaza es seria también para los humanos.
“Destruyen la agricultura, debilitan las rutas, causan fallas en los transformadores eléctricos, pueden transmitir salmonela y ser un peligro de seguridad para la aviación”, dijo a ABC News Joseph Wasilewski, experto en vida silvestre de la Universidad de Florida.
Pero la iguana verde no será tan fácil de identificar por su color como su nombre puede erróneamente hacer suponer.
“Es verde a gris, casi negra, aunque por lo general es predominantemente verde cuando madura. Algunos adultos pueden volverse anaranjados en algunas épocas del año”, señala la FWC.