En el 2014, atada a una reja con su silla de ruedas rota, unos pañales fue que encontraron a una perrita a lado de una breve nota en la que decía su nombre, su edad, y que esa persona no era su dueña y que ya no estaba en posibilidades de cuidarla.
Según UPSCOL, Luna fue llevada a un refugio donde los voluntarios le dieron una silla de ruedas nueva y comenzaron a difundir su caso.
Una familia en Estados Unidos escuchó esta conmovedora historia y decidieron adoptarla, sin embargo, con el viaje Lunita desarrollo una infección que le hizo perder la mayor parte de su pelaje. Aún así, la familia decidió llevarla a su casa para que la trataran médicamente ahí.
Luna se ganó el cariño de muchos perritos y también de mucha gente, tanto, que entre colaboraciones anónimas fue que se pudo costear los tratamientos a los que se sometió la Labrador para recuperarse.
Su familia la quería tanto que incluso su dueña le hizo una página de Facebook (Lunita´s Wish) en la que compartía sus paseos, incluso su cumpleaños.
Lamentablemente, unos días después de que cumpliera once años la perrita falleció y el mundo lo supo a través de su cuenta.
"Siento que una parte de mi alma ha muerto. Nunca la olvidaré y lo mucho que ella significaba para mí. Ella cambió mi vida para siempre. La amaba mucho", escribió la dueña