A nivel mundial se estima que alrededor del 50 por ciento de los adultos de entre 65 y 74 años padece cataratas.
Este padecimiento pueden ocasionar pérdida de visión, pero es reversible con cirugía, a diferencia de otras enfermedades como el glaucoma o la retinopatía diabética, destacó Lizbeth Uribe Campos, académica de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) unidad León de la UNAM.
Las cataratas son una opacidad del cristalino del ojo (lente natural); inicialmente son muy pequeñas y casi no alteran la visión, pero avanzan con la edad.
No es posible predecir su evolución, pues dependerá de factores como antecedentes familiares, traumatismos, uso de fármacos con corticoides, consumo excesivo de tabaco y alcohol, inflamación del globo ocular y desmedida exposición solar y a la radiación ultravioleta, detalló.
La catarata senil puede afectar uno o ambos ojos y es más frecuente en mujeres que en hombres. Los síntomas más comunes son: visión nublada o borrosa; disminución en la percepción de los colores; deslumbramientos, sobre todo por la noche; problemas de visión nocturna o visión doble, y ver destellos alrededor de las luces.
Para diagnosticarla es necesaria una historia clínica y un estudio ocular para determinar los antecedentes.
El tratamiento más habitual es una operación para extraer el cristalino opacificado; posteriormente se coloca un lente intraocular. En la mayoría de los casos el paciente vuelve a ver con la misma nitidez, afirmó.
No en todos los casos es necesaria una cirugía, recomendable sólo cuando la disminución de la vista impide o complica las actividades cotidianas.
La académica comentó que ciertas acciones pueden retrasar el desarrollo de las cataratas, como el uso de lentes de sol para bloquear los rayos ultravioleta, dejar de fumar o disminuir el consumo de tabaco, y optar por una alimentación con propiedades antioxidantes, rica en vegetales de hojas verdes y frutas.