Los grandes medios, en muchos casos formando alianzas con importantes empresas tecnológicas y de redes sociales, redoblan sus esfuerzos en la verificación de noticias para impulsar un periodismo apoyado en hechos concretos y constatables.
Pero esta tarea está siendo cuesta arriba con los ataques del presidente Donald Trump y otras personalidades, que califican cualquier cosa que no les favorece como “fake news“.
Las noticias falsas son tan viejas como el periodismo, pero en los años recientes los medios con mayor reputación han adquirido el rol de “centinelas” de la información confiable.
Esta tarea se ha acelerado en el cambiante mundo de internet, cuando los rumores y la información falsa se vuelven virales, muchas veces con resultados trágicos.
En India, por ejemplo, un rumor difundido por WhatsApp de que 300 personas en el estado occidental de Guyarat estaban merodeando para secuestrar niños y luego venderlos, desató enfrentamientos entre la población con víctimas mortales.
Las redes sociales “han empeorado mucho las cosas” porque “ofrecen un medio sencillo para que quienes no son periodistas puedan burlar a estos centinelas, y así cualquiera puede publicar cualquier cosa, sin importar lo parcializada o directamente falsa que pueda ser”, dice John Huxford, profesor de periodismo en la Universidad Estatal de Illinois.
“Esta función de ‘centinela’ que tiene el periodismo para determinar lo que es noticia y lo que no lo es siempre ha sido controversial, sin duda. Pero ahora estamos presenciando lo malo que puede ser todo cuando esa función colapsa”.
Las firmas de internet, luego de cierta reticencia a definirse como “medios”, han redoblado sus esfuerzos para identificar noticias falsas e impulsar historias que vienen de fuentes confiables.
“Empresas tecnológicas como Apple, Google, Snapchat, Twitter y, sobre todo, Facebook, han tomado para sí muchas de las funciones de los medios noticiosos, convirtiéndose en piezas clave en el mundo de las noticias, quieran o no”, se lee en un reporte de marzo de 2018 realizado por el Centro Tow para el Periodismo Digital, de la Universidad de Columbia.
Varios estudios han demostrado que las noticias falsas, más sensacionales e impactantes que las verdaderas, se extienden mucho más rápido por internet por la forma como las redes sociales priorizan la “viralidad”.
“Las noticias políticas falsas se extendieron más, alcanzaron mayor cantidad de personas y se hicieron más virales que ninguna otra categoría de información”, se afirma en un reporte del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Los investigadores del MIT analizaron 126.000 rumores que llegaron a tres millones de personas, y descubrieron que las noticias falsas alcanzan a un mayor número de personas que las verdaderas.
“Descubrimos que a las noticias verdaderas les tomaba seis veces más tiempo alcanzar a un público de 1.500 personas que a las falsas”, dijeron los investigadores.
Estudiantes del Instituto de Internet de Oxford llegaron a conclusiones similares, resaltando que en muchas plataformas online las noticias son “ordenadas según su relevancia por medio de complejos algoritmos que han sido codificados para clasificar, filtrar y enviar contenido de una forma que se maximice la implicación del usuario con esa información”, según un estudio.
“La velocidad y la escala a las que un contenido ‘se viraliza’ crece de manera exponencial, sin importar si la información es verdadera o no”, escribieron los investigadores de la Universidad de Oxford Samantha Bradshaw y Phillip Howard.
Huxford resalta que muchos usuarios de internet no saben distinguir noticias falsas de verdaderas, lo que hace que el papel de los grandes medios noticiosos sea muy importante.
“Por eso es que las falsedades de Trump etiquetando a reconocidos medios como ‘fake news’ son tan dañinas”, agrega.
Video: Donald Trump dice que entrevista del periódico The Sun es ‘fake news’ / The Guardian
“En un momento en que existen un montón de inventos y mentiras circulando por el sistema, la credibilidad de las fuentes confiables también está siendo socavada”.
Existen algunas señales alentadoras para los grandes medios, como el aumento de las suscripciones digitales del New York Times y el Washington Post, pero muchos otros periódicos de menor envergadura están todavía luchando con el cambio hacia una plataforma digital.
Los periodistas pueden enfrentar nuevos peligros en esta nueva situación, y en muchos casos son señalados y criticados por líderes políticos, incluso aunque estén tratando de desmontar informaciones falsas.
En Brasil, las organizaciones de verificación de noticias Lupa y Aos Fatos, que se han aliado con Facebook para atacar las noticias falsas, han enfrentado amenazas y acoso, y algunos grupos las acusan de estar ideológicamente parcializadas.
El gobierno filipino, por su parte, revocó la licencia del sitio web Rappler, que ha realizado esfuerzos en el campo de la verificación de noticias, lo que no ha agradado a los seguidores del presidente Rodrigo Duterte.
En Estados Unidos la prensa goza de protección constitucional, pero algunas personas advierten que las consecuencias de los ataques de Trump ya se empiezan a ver.
Luego del tiroteo mortal en la sala de redacción de un periódico en Annapolis, Maryland, una reconocida periodista afirmó que la postura de Trump preparaba el terreno para la violencia contra los medios.
“Él dice que somos los enemigos del pueblo, nos acusa de antipatriotas, de no amar nuestro país… ¿Y todavía nos sorprendemos de que alguien tome un arma y nos mate?”, dijo la columnista del Washington Post Jennifer Rubin en una entrevista con HBO.
La verificación de información ha estado en auge en los años recientes, con unas 149 iniciativas de este tipo en 53 países, de acuerdo con el laboratorio de reporteros de la Universidad de Duke.
Facebook ha realizado asociaciones en 14 países para la verificación de noticias (fact-checking) con 25 organizaciones, incluyendo la AFP, para atajar la difusión de noticias falsas.
Sin embargo, la verificación de informaciones tiene sus límites, y mucha gente seguirá creyendo en las noticias falsas cuando les convenga, a pesar de los esfuerzos que se hagan para desmontarlas y refutarlas, según muestran los estudios.
A finales de 2016 un pistolero efectuó varios disparos en una pizzería de Washington porque creía que ese lugar era la base de una red de proxenetas que utilizaba niños y en la que estaba involucrada Hillary Clinton, según había leído en internet. Y 51% de los votantes republicanos, en una encuesta publicada recientemente, dijeron creer que el expresidente Barack Obama nació en Kenia.
Una encuesta del Centro de Investigación Pew hecha pública el año pasado encontró que 23% de los estadounidenses dijeron haber compartido historias a partir de noticias falsas, y casi la mitad de éstos confesaron que sabían que la historia era falsa.