Un equipo internacional de científicos que ha analizado el ADN de las aguas del Lago Ness para identificar a sus especies y determinar la existencia del famoso monstruo anunció hoy que no ha encontrado rastro de él, en este paraje natural de las tierras altas de Escocia.
Los expertos hicieron esta afirmación tras concluir la recogida de fragmentos microscópicos de piel de animales y escamas que se encuentran en el Lago Ness y que ahora estudiarán.
Pese a no hallar ninguna evidencia de la existencia de Nessie, como se conoce popularmente a la supuesta criatura, aseguraron que podría haber “una explicación biológica”.
Durante el trabajo de campo, que se desarrolló entre el 2 y el 16 de junio, se recogieron muestras de material genético de todo el lago y se peinaron sus aguas hasta los 200 metros de profundidad.
Los científicos señalaron que es probable que se identifiquen nuevas especies, en particular de bacterias, así como que se podría probar que existen algunas invasoras como el salmón del Pacífico.
El profesor Neil Gemmell, de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, dijo que la extracción de ADN de un espacio ambiental es una técnica “razonablemente nueva”, por lo que puede arrojar novedades inesperadas.
Los expertos extrajeron el código genético que se encuentra en las aguas del lago y que consiste en pequeños fragmentos que dejan las criaturas al nadar como trozos de piel y escamas.
Las muestras recogidas se analizarán en laboratorios de Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Dinamarca y Francia, y se compararán con una base de datos genéticos, tras lo cual se espera que los resultados se conozcan a principios de 2019.
Nessy se ha convertido en una referencia cultural en Escocia y su lago, situado en el norte de Escocia, es uno de los enclaves más turísticos de la región.
Foto: Portadas de periódicos sobre el legendario monstruo del Lago Ness
Según la leyenda, la bestia acuática tiene un cuello largo y protuberancias que sobresalen del agua, aunque muchos sostienen que, en realidad, es tan solo un pez de grandes dimensiones como un pez gato o un esturión.
El primer avistamiento de Nessy del que hay constancia lo realizó un monje irlandés en el año 565 antes de Cristo y, desde entonces, más de un millar de personas afirman haberlo identificado.