Erick y Sofía fueron unos niños muy esperados por sus padres. Sin embargo, en edades muy tempranas, al año y medio una, y a los dos años el otro, los dos infantes empezaron a mostrar signos que los hacían distintos a los demás. Rechazaban vestimentas, juegos y roles sociales que se identifican con su género en los esquemas tradicionales. Ella empezó a pedir que le cortaran el cabello a ras, y él que le dijeran niña.
Ellos son lo que se conoce como infantes trans. Sus padres -apoyados de organizaciones de la sociedad civil- lograron en ambos casos modificar sus actas de nacimiento para recibir el trato que el género de su elección requiere. Ambas familias han vivido el proceso para el cambio legal de género y ahora son felices.
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