Un estudio realizado por psicólogos de Marist College y la Massachusetts College of Liberal Art, revela que quienes suelen decir groserías, tienen una mayor riqueza de vocabulario.
Los participantes que fueron capaces de enumerar más “malas palabras” en un minuto, también demostraron mayores habilidades lingüísticas en general.
De acuerdo con el estudio, decir malas palabras no provoca que tengamos malos pensamientos, ni ensombrece nuestro código moral cotidiano. Por el contrario, nuestro lenguaje es el que refleja lo que anida en nuestra mente.
Con información de Xataca