Tailandia está experimentando un tratamiento revolucionario, mediante una piscina, para que una pequeña elefanta que perdió parte de una pata vuelva a aprender a caminar.
“Fah jam” (“Cielo claro”) fue encontrada herida tras caer en una trampa cerca de un pueblo en octubre pasado. “Perdió 12 centímetros de la pata izquierda”, dijo Padet Siridumrong, veterinario de la clínica donde el animal está siendo atendido en la provincia de Chonburi.
El objetivo del tratamiento es fortalecer muscularmente su extremidad amputada para que pueda caminar normalmente.
Por ahora se desplaza lentamente y de manera torpe y debe ser cargada por varios empleados de la clínica para subirla a un camión o para meterla en la piscina.
“Es la segunda vez que recibe tratamiento de hidroterapia, está todavía un poco nerviosa y tiene miedo al agua”, agrega el médico a la AFP mientras “Cielo claro” se agita en todos los sentidos.
Huérfana, la paquiderma estaba en muy mal estado cuando los empleados del zoológico de la región la recibieron: separada muy temprano de su madre, la elefanta tenía carencia de leche.
“Le dimos ese nombre (Cielo claro) para que tuviera suerte”, añade Kampon Tansacha, director del zoológico.
Los elefantes son considerados como un orgullo nacional en Tailandia, que fue el primer país que abrió una clínica para paquidermos.
Los elefantes salvajes son cada vez más escasos em el país a causa del comercio del marfil y el daño de su hábitat natural.
Solo quedan 2.500 elefantes salvajes y unos 4.000 domésticos, en su mayoría utilizados para pasear a turistas.