Comerciantes señalan que, a pesar de que se venden a “cuentagotas”, los juguetes tradicionales como el trompo, balero o yoyo, han sido relegados al olvido por dispositivos electrónicos como tabletas, mesas de video o teléfonos móviles.
Oralia Tamez, vendedora de artesanías mexicanas en el Mercado Juárez, indicó que “poco, pero se sigue vendiendo” el juguete tradicional, toda vez que en algunos planteles educativos de Nuevo León pervive su difusión entre los niños.
“Es un juego tradicional, y aparte se los promueven en las escuelas, para retirarlos un poco de los aparatos electrónicos”, comentó.
Hasta el popular mercado en el centro de Monterrey acuden personas a adquirir los trompos o baleros, “no en las mismas cantidades, pero sí se venden”, apuntó.
“Vienen compradores de la ciudad y extranjeros que visitan Monterrey, también lo llevan como novedad”, mencionó.
“La tecnología ha apartado a los niños de los juegos, porque es más fácil picarle a un aparatito con un dedo, que enredar la cuerda y lanzarlo, es diferente”, consideró la vendedora de artesanías mexicanas.
Para proveerse de los juguetes de madera, Tamez recurre a fabricantes del municipio de Hualahuises, Nuevo León, o de Teocaltiche, Jalisco.