TÉRMINOS

Palabras sin traducción

Anjana Iyer, diseñadora gráfica, ha recogido en una serie de ilustraciones llamadas “Found in translation”, las carencias, no solo del idioma español sino de muchos otros

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23 Feb 23 - Palabras sin traducción

Cuántas veces hemos escuchado que las palabras se nos quedan cortas para describir una emoción o sentimiento. A veces nos cuesta trabajo encontrar una palabra adecuada para traducir alguna extranjera, quizá muchas de esas ocasiones podemos encontrar frases que se le acerquen o complementos verbales que traten de definirla.

Si alguna vez te han dejado plantado o te han hecho esperar, conoces esa sensación, una especie de frustración que los indígenas de las zonas árticas de Groelandia, Canadá y Estados Unidos, resumen con una sola palabra: iktsuarpok.

Una sonrisa sin simpatía, una mueca desdibujada en nuestro idioma está destinada a llamarse igualmente una sonrisa. Los ingleses, en cambio, la suelen definir con el término por smirk, una especie de sonrisa con la boca medio cerrada o grin, un gesto que se asocia a alguien que se ha quedado con la sonrisa en la boca, como pasmado y congelado.

Anjana Iyer, diseñadora gráfica, ha recogido en una serie de ilustraciones llamadas “Found in translation”, las carencias, no solo del idioma español sino de muchos otros, es decir, un conjunto de palabras que son casi imposibles de traducir al inglés o al castellano. Curiosamente, la mayor parte de estas describen sentimientos o emociones.

Fernweh, en alemán, es esa especie de sentimiento en el que extrañas un lugar en el que nunca has estado.

Amihlapintatapei, en yagán, un idioma de la tribu indígena de Chile, es parte de una mirada cómplice entre dos personas que desean iniciar algo, pero no son capaces de dar el primer paso.

Gattara, en italiano, es una mujer, frecuentemente mayor y sola, que se vuelve aficionada a rescatar gatos. En español destaca la palabra friolero, una persona que es especialmente sensible a las bajas temperaturas.

En alemán, waldeinsamkeit describe la sensación de estar solo en un bosque.

En japonés, age-otori se refiere a que has quedado menos favorecido luego de un corte de cabello; tsundoku es comprar un libro y no leerlo y komorebi se refiere a los rayos de sol que se cuelan entre las hojas de los árboles. Aware se refiere a ese agridulce momento de gran trascendencia y belleza que se desvanece lentamente.

Que una expresión exista en un idioma y no en otro es muy común, ya que, por ejemplo, la palabra tokka en Finlandia se utiliza para referirse a una manada de renos y los inuits, en Groelandia, tienen decenas de palabras que establecen diferencia entre distintos tipos de nieve y tonalidades de blanco.

Este fenómeno se conoce en la antropología como vocabulario focal, es decir, los términos de un determinado grupo social que se desarrollan en función de su cultura y de su entorno. Por eso, los alemanes, buenos bebedores de cerveza, tienen unas 70 palabras para describir esa bebida o los estadunidenses manejan diferentes términos para hablar de automóviles o dinero. 

Mis favoritos son los términos suecos, como gokotta que quiere decir levantarse pronto por la mañana con el propósito particular de escuchar el canto de los primeros pájaros o vemod, en sueco, es una palabra que fascina. Se traduce como nostalgia o melancolía, una suerte de sentimiento de lo efímera que es la vida y que generalmente nos invade cuando miramos algo hermoso o nos pasa algo muy bueno y sabemos, a ciencia cierta, que no durará para siempre.

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