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¿Cuánto tiempo hace que no ves las estrellas?
¿Llegas a verlas alguna vez en el sitio donde vives? La contemplación de una noche estrellada se ha convertido cada vez más en un extraño privilegio reservado a quienes viven en lugares alejados de las grandes ciudades, porque la oscuridad se ha vuelto una rareza.
En años reciente se ha identificado un problema medioambiental al que los investigadores han llamado contaminación lumínica. Es causada por la excesiva iluminación nocturna de las ciudades debido no sólo al alumbrado público, sino también a la numerosa publicidad espectacular que permanece encendida durante toda la noche.
Este tipo de contaminación también ha entrado en nuestros hogares, ya que dejamos la luz encendida hasta altas horas de la noche y nos dormimos acompañados del brillo de las pantallas del teléfono, la computadora o el televisor.
Cuando por fin la casa queda en calma las luces del modem, los relojes y equipos electrónicos, los reflejos en la calle se entrometen permanentemente nuestro reposo.
Esto que pareciera una cuestión sin importancia puede afectar tu calidad de vida al alterar tus ritmos naturales, sobre todo en lo que se refiere al sueño.
El sueño, como sabemos, es un proceso fundamental y complejo que nos prepara para responder a los retos cotidianos del día siguiente.
Uno de sus mecanismos más importantes es el llamado reloj circadiano, una suerte de organizador biológico que de manera natural ajusta y ritmo cotidiano de tu cuerpo a los ciclos de luz y de oscuridad.
Se vincula con las neuronas encargadas de la producción de melatonina, esta hormona que regula el sueño y que nos protege del cansancio y del envejecimiento prematuro.
El mecanismo circadiano determina que el cuerpo libere melatonina cuando la luz del día comienza a disminuir y la acumule durante la oscuridad de la noche mientras duermes.
Cuando ya has dormido lo suficiente y el brillo de la mañana se acerca, el mecanismo circadiano te incita a despertar mientras la melatonina, que es muy sensible a la luz, desaparece.
Seguramente, sabes que el proceso del sueño tiene varias etapas, una de las más importantes es la que corresponde al momento en que sueñas.
Lo cual, permite que tu cerebro se recupere y se mantenga despierto y creativo a lo largo del día. Ahí también la oscuridad juega un papel importante porque te permite cumplir sin distracciones lumínicas este momento de descanso.
No todas las personas son igualmente sensibles a los estímulos lumínicos nocturnos, pero si notas cansancio, falta de energía y desánimo, o si percibes distracciones y olvidos frecuentes, te invito a que revises las condiciones de oscuridad de tu habitación.
Usa cortinas más gruesas, enciende solamente lámparas tenues antes de dormir, saca la televisión de tu recámara y trata de mantener alejados los aparatos que puedan producir luces brillantes o bien tapa los foquitos con cinta de aislar.
Solemos relacionar la oscuridad con lo negativo y la luminosidad con lo bello, pero resulta que el perder la posibilidad de la oscuridad nocturna provoca que nuestros descansos no sean lo suficientemente regulares, ni reparadores.
Escucha tu cuerpo, dale el descanso que se merece. Sin duda te lo agradecerá con creatividad y buen humor.