El anhelo tras la ruptura, saca a conciencia recuerdos secretos de la relación. Momentos que ahora brillan más, como el coqueteo inicial, los primeros besos y los roces furtivos. Las ansias de volver a verse, se convierten en angustia por jamás encontrarse de nuevo. Pero tras los lentes de la nostalgia, quedan varios vacíos, preguntas sin respuesta. ¿En verdad se conocían?
Shane Boose, conocido como Sombr, presenta su álbum debut “I Barely Know Her”, en el que expande los sentimientos de sus sencillos virales en 10 canciones propias e inéditas. Muestra las bases de su estilo, un coqueteo entre el indie rock y el pop, pero que promete madurar en futuros proyectos.
Sombr recurre a la estructura clásica del pop, algo anticuada en la escena actual, pero con un potencial para crear hits. “12 to 12” tiene la energía vibrante del glam de los 70: guitarras saltarinas y un ritmo disco que han sobrevivido sobre la pista iluminada a través del tiempo. Una chica escapa entre la multitud de la mirada de Sombr. La busca como un sueño olvidado al despertar, pero no tiene más remedio que bailar con ojos caídos para atravesar a la gente. Ella se fue y él quedó atrapado en una canción technicolor.
En “Back to Friends”, la voz de Shane parece venir desde la lata vacía de su pecho. Canta desde los tiempos de sus recuerdos; su música asemeja sus influencias, que van desde David Bowie, The Beach Boys, Prince y Radiohead, hasta artistas que también han tratado de reinventar sonidos del pasado, como The 1975, Foster the People y Tame Impala. Es el sentimiento persistente de anhelo el que unifica los sonidos bajo un concepto propio que solidifica las bases de su estilo; el tiempo dirá si persiste como cicatriz en el alma o se pierde como un folleto por la calle.
Aunque Shane escribe para liberar su cuerpo de recuerdos, los sentimientos que canta son universales. En “We Never Dated”, Sombr reflexiona sobre la ambigüedad de un amor que juega con él; romantiza el “casi algo”, el clásico mal de amores: perder lo que nunca tuviste. Por ello, Sombr borra la línea de autocompasión; él se entregó para vivir y, aunque perdió, acepta su derrota con una sonrisa y sigue con un día más.
No sólo se trata de borrar los recuerdos escritos en piel, o de llenar el hueco de una cama. Es un momento íntimo que se pierde con la ruptura; una angustia por retenerlo ante la sombra del olvido. No es desvestirse, “Undressed”, es desnudarse por completo ante alguien. Sombr lo vivió y lo perdió; comparte su experiencia para encontrar, no alguien más, sino un compañero de pena. Canta su dolor como una catarsis para embellecer su tristeza sin sentirse miserable. Aunque el dolor persiste, es solo un paso hacia una experiencia más plena, donde la intimidad sea completa y no sólo “una chica que apenas conocía”.
