La liberación y absolución de Israel Vallarta Cisneros puso de manifiesto, una vez más, la extensa serie de irregularidades y violaciones a los derechos humanos, durante casi dos décadas, en las investigaciones del caso de la denominada Banda del Zodiaco.
Todos recordamos ese penoso episodio en que las indagatorias del asunto incluso contrapuntearon a las autoridades de Francia y México, por el caso en el que se vio implicada la ciudadana de ese país, Florence Marie Louise Cassez Crépin, quien también fue liberada luego de que se le otorgó un amparo liso y llano por violaciones al debido proceso.
Dos personajes fundamentales en la ejecución del operativo de detención, que después fue recreado cual escena de película de acción hollywoodense, fueron Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública federal, y Luis Cárdenas Palomino, ex titular de la División de Seguridad Regional de esa dependencia, quienes actualmente enfrentan procesos penales, el primero en Estados Unidos y el segundo en México.
Desde el 9 de diciembre de 2005, Israel Vallarta permaneció en prisión, sin ser sentenciado, acusado de los delitos de secuestro y delincuencia organizada, pero fue liberado luego de que una Juez de Distrito consideró que los elementos de prueba presentados por los ministerios públicos federales carecieron de contundencia.
Sin duda, el caso exhibe de principio a fin las fallas estructurales del sistema penal tradicional de nuestro país, lagunas que a final de cuentas permitieron 19 años y siete meses después la libertad de Vallarta, tras una vergonzosa historia de amenazas, tortura y manipulación mediática.
Además, reaviva la polémica sobre la reciente renovación del Poder Judicial y la aplicación de la medida cautelar de prisión preventiva en la que se estima permanecen cerca de 237 mil personas que aún no han sido sentenciadas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Pero más allá de la discusión sobre la prisión preventiva oficiosa en el caso de delitos graves, el caso de Israel Vallarta nos deja la reflexión sobre la urgencia de que los casos del extinto sistema tradicional que aún quedan vivos se resuelvan a la brevedad para reducir al máximo esa lamentable frase de: “Usted disculpe”.
Dividiendo… A 80 años del desastre en Hiroshima el reloj nuclear avanza
Este miércoles se habrá de conmemorar el 80 aniversario de uno de los hechos más trágicos que han marcado a la humanidad: el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. Se estima que 70 mil personas murieron ese día de forma inmediata; otras cincuenta mil perdieron la vida en los meses siguientes por quemaduras, heridas y enfermedades provocadas por la radiación; el 70% de las edificaciones fueron destruidas y cerca del 90% del personal médico de la ciudad murió o resultó herido, lo que dificultó la atención de las víctimas.
Ocho décadas después, la memoria de esa devastación nos tendría que mover a la reflexión sobre el futuro que estamos construyendo, la proliferación de armas nucleares –con fines disusivos nos dicen- que representan una amenaza latente para la existencia misma de la vida en la tierra, por lo menos como la conocemos.
En la actualidad solo nueve países en el mundo cuentan con armas de este tipo; cinco de ellos reconocidos oficialmente como potencias nucleares bajo el Tratado de no Proliferación Nuclear (TNP) y cuatro fuera de este que han desarrollado sus propias capacidades nucleares.
De acuerdo al Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), existen alrededor de 12 mil 500 ojivas en el mundo de las cuales 3 mil 900 se encuentran desplegadas y en operación listas para ser utilizadas en cualquier momento. El 90% de este armamento se encuentra concentrado en Rusia y Estados Unidos. El primero cuenta con una ligera ventaja en el número de ojivas mientras el segundo ha desplegado una mayor cantidad. Muy a la distancia les siguen China, Francia y Gran Bretaña.
Fuera del TNP se encuentran India y Pakistán, rivales irreconciliables con 172 y 170 ojivas aproximadamente. Israel, aunque nunca lo ha confirmado oficialmente tendría entre 80 y 90, y Corea del Norte, el único país que ha hecho pruebas en el siglo XXI, aproximadamente 40.
Irán no posee oficialmente armas nucleares, pero se encontraría muy cerca de conseguirlo lo que ha generado la preocupación internacional durante las últimas dos décadas, particularmente para Israel que lo ve como un peligro para su seguridad.
Hace más de tres décadas que la guerra fría llegó a su fin. Sin embargo, la amenaza nuclear no sólo no ha desaparecido, sino que se encuentra viviendo una reconfiguración peligrosa. Las potencias nucleares no están reduciendo sus arsenales; los están modernizando lo que no implica un aumento masivo en el número de armas sino en su capacidad de destrucción, rapidez y precisión.
Rusia ya amenazó con usar armas nucleares en Ucrania; China expande su arsenal a gran velocidad; India y Pakistán mantienen una actitud bélica; Corea del Norte sigue adelante con sus ensayos e Irán no ha quitado el ojo de esta tecnología. Las probabilidades de un conflicto nuclear limitado han aumentado aún siendo una guerra global algo improbable.
Las nuevas tecnologías no dan mucha tranquilidad sobre el control y la seguridad nuclear, un mal cálculo o un fallo en los sistemas de detección podría acelerar decisiones irreversibles en minutos. Lo cierto es que hoy el mundo no avanza hacia el desarme sino a una nueva era nuclear multipolar, más inestable y con reglas muy debilitadas, Nos acercamos a la media noche del juicio final del que hablan los científicos. Hoy estamos a 90 segundos del desastre más grande en la historia.
Y como alguna vez advirtió Albert Einstein: “No sé con que armas se peleará la Tercera Guerra Mundial, pero la Cuarta será con palos y piedras”.
Sumando… Brokers y tecnología en el mercado inmobiliario
Aunque la tecnología ha transformado aceleradamente el mercado inmobiliario, en el centro de todo siguen estando los brokers. Lejos de ser desplazados, los asesores inmobiliarios han reforzado su presencia en el mercado gracias al uso de estas herramientas, manteniéndose como pieza clave para construir la relación de confianza entre comprador y vendedor, aportando certeza y seguridad en cada etapa del proceso.
De acuerdo a la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), en México hay más de 80 mil asesores activos, muchos de ellos independientes, y se estima que cerca del 75% de las operaciones de compraventa en México involucran a un asesor, incluso más cuando las transacciones se hacen con plataformas inmobiliarias.
Es el caso de Tuhabi, donde más del 90% de las transacciones se realizan en colaboración con brokers externos. Esta plataforma ha construido esquemas colaborativos y procesos digitales estandarizados que les permiten a los brokers tener acceso a propiedades verificadas, reducir su carga operativa y brindar una experiencia más ágil y transparente a sus clientes, gracias a lo cual han logrado reducir en hasta un 35 % el tiempo promedio de cierre de una venta.
Actualmente, Tuhabi cuenta con una red de más de 8 mil brokers en México, y cada mes se unen a la plataforma más de 1,500. Es un ejemplo claro de que las plataformas inmobiliarias no los han reemplazado, sino que han sabido integrarlos como aliados estratégicos dentro de sus modelos de negocio.
