OPINIÓN LUIS ANTONIO DURÁN

'A Matter of Time': Sombras y destellos de amor

Laufey presenta su tercer álbum de estudio “A Matter of Time”, una colección de 14 canciones, donde explora la parte obscura de las historias románticas que relató en sus dos trabajos anteriores.

En “Snow White”, Laufey se mira en el espejo.
En “Snow White”, Laufey se mira en el espejo.Créditos: Especial
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Es cuestión de tiempo. El tic-tac del reloj avanza hacia adelante y el corazón hacia atrás. Las historias se cuentan desde los sentimientos, sin importar época o moda; el amor encuentra su hogar en el momento que marque el destino: ayer, hoy o en mil años; con ella o él; amigo o amante. Tantos segundos flotando, tantos besos ignorados, tantas lágrimas perdidas, y una boca que las canta, desde la sombra de su corazón.

Laufey presenta su tercer álbum de estudio “A Matter of Time”, una colección de 14 canciones, donde explora la parte obscura de las historias románticas que relató en sus dos trabajos anteriores, “Bewitched” “Everything I Know About Love”. Laufey mira en su interior para encontrar y entender las sombras que dejaron los destellos del amor.

El enamoramiento le cayó como una maldición. Se convirtió en una “Lover Girl”, que baila en un bossa nova infinito. Se marea, se deja caer a los pies de un amante lejano; bailan todos los días en su mente, una obsesión hermosa que elimina sus fuerzas e ideologías. Una fuerza difícil de resistir.

Sin embargo, no siempre se siente merecedora de amor ni siquiera propio. En “Snow White”, Laufey se mira en el espejo, se compara con la idea que le han implantado desde chica: “la mujer perfecta”. Nunca será ella, porque no existe. Aunque miles adoren su belleza natural, el peso de la inseguridad aprendida la acecha, como una bestia escondida en la cueva de su mente.

Las voces la reprimen, la bailan en un vals eterno, en un “Carousel” sin frenos. Laufey siente su corazón atrapado en un hermoso juego de luces y figuras, que solo sube y baja, gira y gira. Advierte a quien se acerque del gran circo de su vida; por más que implore no se detendrá… pero quizá alguien tome el riesgo, alguien con estómago fuerte, capaz de amar la intensidad de la eternidad.

Laufey ya pasó por varios fracasos amorosos, la mayoría causados por hombres tan pequeños como su autoestima escondida tras egos inflados. Por ejemplo, en “Tough Luck” exhibe a un joven aburrido e infiel que la engañó, como a todas su ex. Laufey libera su frustración en un cuasi rap arcaico y una melodía de celebración que se eleva y corre, con la velocidad de aquel tonto huyendo del amor. 

Cada canción es una página de diario, son historias ficticias de una vida intensa de amor, decoradas con música de otra época. Laufey presentó a la Gen Z la música de hace 100 años; les enseñó cómo transformar momentos cotidianos en historias románticas inmortales con la fuerza de una melodía.

Una caricia y un beso, tientan a Laufey a arriesgarse una vez más. Son suaves como seda de un vestido intemporal. La orquesta en su corazón la engulle entre pétalos, pero sus manos rasgan el chelo con la furia de su mente. “Sabotage”, un auto sabotaje más. Asegura que es cuestión de tiempo para que su oscuridad destruya de nuevo la felicidad. Sin embargo, el tiempo no obedece deseos; acomoda la vida según su momento; regala oportunidades para abrazar luz y obscuridad, y así vivir la intensidad de amar.