El 29 de julio, Live Nation llegó a un acuerdo con Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) para comprar una participación adicional de OCESA, equivalente a 24% del capital, lo que convierte a la multinacional norteamericana en el socio mayoritario del principal promotor de eventos en México y América Latina. Esta acción promete traer más y mejores eventos a nuestro país; sin embargo, ¿qué tanto beneficiará o perjudicará a los fans?
En 2021, Live Nation hizo la primera compra importante de Ocesa, al adquirir 51% de sus acciones. De esta forma, la transnacional incorporó un nuevo actor en su conglomerado, que ya incluía a Ticketmaster, Live Nation Sponsorship y Live Nation Concerts. La empresa prácticamente controla todos los aspectos de los eventos en vivo: logística y administración de sedes; venta, entrega y en algunos casos reventa de boletos; publicidad y relaciones públicas de artistas.
Al ser dueño y administrador de casi todos los conciertos, el mismo Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) demandó a Live Nation por prácticas monopólicas y anticompetitivas, ya que, en los últimos cinco años, han salido a la luz varios actos abusivos de la empresa en contra de los fans y los mismo artistas.
La demanda del DOJ comenzó en 2022 tras el fracaso de la plataforma de Ticketmaster con la venta de boletos para The Eras Tour de Taylor Swift. La sobredemanda por entradas y la falta de transparencia provocó precios inflados en la venta y reventa. El DOJ pretende disolver la unión de Live Nation y Ticketmaster, ya que limita las opciones de los consumidores y le da la posibilidad de imponer precios.
Otro caso: en 2023, Robert Smith, vocalista de The Cure, denunció que los cargos impuestos por Ticketmaster, en algunos casos, superaban el precio de las entradas establecido por los propio artistas. Calificó a TM como “estafadores” que se aprovechaban del amor de los fans por sus artistas. Además, exigió a la boletera un mejor sistema para contrarrestar a los revendedores, porque en algunos casos están inmiscuidos en el mismo sistema de venta y evita que los verdaderos fans consigan sus entradas.
Ticketmaster comenzó a implementar un sistema de “fan verificado” para evitar acaparadores; sin embargo, arremetió con otro sistema fatídico: las tarifas dinámicas. El caso más polémico es el reciente tour de Oasis, donde los boletos de 135 libras subieron a 350 (es decir, de 3 mil a 9 mil pesos) justo en el momento de la venta, según por la “alta demanda” del evento.
Las acciones colectivas de los fans han colaborado a generar algunos cambios en las políticas y procesos de Ticketmaster y Ocesa. Por ejemplo, las E.L.F., como se nombran así mismas las fans de Super Junior, crearon el movimiento “Sin precios no compramos”, en el que exigían que se hicieran públicos los precios de los boletos y el mapa del evento antes de la preventa. Aunque tardó en responder, Ticketmaster cedió y los compartió. No es un favor, es un derecho como consumidor de cualquier servicio y producto. No hay que dudar de la fuerza y alcance de nuestra voz; más ahora en un mundo cada vez más público, conectado y viral.
En palabras de Live Nation, México se ha convertido en el tercer mercado más importante de eventos en vivo. No es de extrañar. Los fans mexicanos son apasionados; se entregan por completo en un grito, en un canto. Darían lo que fuera por sentirse parte de ese momento mágico de amor comunitario por la música… Y los artistas lo sienten cada vez que pisan nuestras ciudades. Nos hemos convertido en una parada principal de los tours mundiales. Basta con ver la cartelera para el resto de 2025: Dua Lipa, Bad Bunny, Oasis, Kendrick Lamar, My Chemical Romance, y muchos más.
En resumen, podemos esperar una cartelera aún más grande de eventos con una gran variedad de artistas nacionales e internacionales, incluso en sedes nuevas y renovadas; sin embargo, los fantasmas de las irregularidades que han perseguido a Live Nation en Estados Unidos y América podrían embrujar nuestros espacios. Dependerá de las instancias gubernamentales, como la Profeco y las dependencias de la Secretaría de Economía, para evitar los abusos a los consumidores; pero, sobre todo, nosotros, los fans, debemos exigir lo justo y hacer valer nuestros derechos. No permitamos que se manche nuestro amor por la música en vivo. Al final, aun con las corporaciones, el papeleo, las filas y la espera, nada se compara a vivir tu canción favorita junto a tus ídolos.