OPINIÓN LUIS ANTONIO DURÁN

'Virgin': La esencia pura de Lorde

La neozelandesa regresa con su cuarto álbum de estudio en el que a través de 11 canciones.

Lorde reconoce no sólo un género fluido, sino una personalidad cambiante.
Lorde reconoce no sólo un género fluido, sino una personalidad cambiante. Créditos: EFE.
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Vir-gin, es la unión de las etimologías latinas vir y gyne, hombre y mujer, las dos partes de Lorde. Virgin también es pureza, no en un sentido sexual, más bien como un metal impoluto, como agua cristalina, como una playa sin humanos. Virgin es aquella esencia escondida bajo máscaras y mentiras, a la que Lorde pretende regresar para sentirse y mostrarse más como ella… y a su vez, nos invita a encontrar nuestra propia identidad virgen, para que nuestra piel se sienta más como nosotros.

La neozelandesa Lorde regresa con su cuarto álbum de estudio “Virgin”, en el que a través de 11 canciones, recupera el sonido electrónico de sus inicios, con un giro minimalista, para explorar con sus letras las cualidades de su verdadera yo.

“Soy una mujer excepto los días que soy hombre”, responde Lorde a las preguntas sobre su género. Ella no quiere encasillarse en la etiqueta de género binario; sólo desea explorar los límites de su cuerpo. Por ello, en “Man of the Year”, el peso recae sobre su relato de muerte al ego y renacimiento personal. Su voz es la protagonista, rodeada por los sonidos esporádicos de una habitación. El sintetizador se le une, como contraparte inconsciente de su mente, que la acepta en su nueva piel: pechos aplanados con cinta y jeans amplios. Una Lorde andrógina libre de decidir el signo de su cuerpo.

Lorde reconoce no sólo un género fluido, sino una personalidad cambiante. En “Shapeshifter”, reflexiona sobre las veces que ha cambiado de cuerpo, ya sea por un amante, un amigo o la industria. Una piel que se adapta con los sonidos de su alrededor: notas perdidas de luz, cuerdas melodramáticas, olas electrónicas y coros orgánicos. Un río lleno de curvas y rocas, cuya agua sigue siendo igual; la esencia de Lorde no cambia, se mantiene virgen ante el ruido del camino.

En este viaje al núcleo de su yo, Lorde arranca las etiquetas que la mantenían pegada a un tipo de mujer. Así como canta sobre las posibilidades de su lado masculino, también pretende regresar a lo que ella considera como una “feminidad primigenia”. Una de sus reflexiones al respecto yace en “Favourite Daughter”: una carta a su madre sobre todas las acciones que hizo para complacerla y tener su aprobación. Aunque las hizo por amor, se escucha su dolor por cargar tantas expectativas. Se libera de “la hija favorita” para ser una “hija en paz”.

El mundo y la experiencia afectan al cuerpo en formas que contradicen su interior; es una lucha constante por la sincronía. Lorde logró un poco de coherencia para mostrar parte de lo que ella considera su esencia pura. Su viaje introspectivo la llevó por los recuerdos del cuerpo, a los momentos en que sintió electricidad de piel a piel y rasguños de frustración. “What Was That” es la celebración del cambio; a pesar de catástrofes amorosas, profesionales y mundiales, una transformación repentina la trajo de vuelta a lo inmutable: a ella misma.