Casa, el lugar donde vive tu corazón, donde creas nuevos recuerdos, donde sientes seguridad al regresar. Hogar, donde el tiempo se detiene entre ladrillos y memoria, donde crece nueva vida, donde se sepulta el alma. Todos tenemos una casa, quizá lejos del cuerpo, destruida por el tiempo o perdida con extraños; pero existe, vive en ti, con la familia que te cubre y los amigos que te abrazan. Bienvenido a casa.
Tras siete años de pausa, Katie White y Jules De Martino, mejor conocidos como The Ting Tings, regresan con su quinto álbum de estudio “Home”, en el que, a través de 10 canciones, se presentan como una banda completamente distinta a su faceta indie-rock de los 2000.
En 2008, Katie y Jules debutaron con “We Started Nothing”. Alcanzaron la fama con hits como “That’s Not My Name”, “Great DJ” y “Shut Up and Let Me Go”; lo que los catalogó como referentes de una nueva ola indie. A partir de ese momento, sus lanzamientos fueron espaciados, con tiempo para madurar su sonido y relación. Ahora, con un hijo y una guitarra acústica, los Tings nos reciben en su nuevo hogar, donde la música vibra diferente: tiene el sonido de los 70, de las bandas que los inspiraron desde niños y, cuyo sonido, quieren revivir en sus composiciones hasta envejecer.
Desde una silla de jardín o un sillón junto a la cuna, Jules y Katie crearon cada canción sin prisa ni pretensión, sólo con corazón y paciencia. Se escucha la gran influencia de artistas como Fleetwood Mac, Steely Dan, Joni Mitchell, Toto, Christopher Cross y Dire Straits. Por ejemplo, en “Danced on the Wire”, la guitarra y la batería nos transportan a otro tiempo, de colores psicodélicos y deslavados; las armonías de Jules y Katie se mezclan en una historia de crecimiento; al final, un solo de guitarra eléctrica se funde con suavidad, como las manzanas dentro de la tierra que esperan nacer de nuevo en árboles.
Katie asegura que sólo jugaron a componer canciones como los clásicos del soft rock; darle un foco especial a las imágenes de sus palabras. En “Winning”, suavizan la frustración de una pelea de pareja con metáforas de lo que significaría perder o ganar una discusión: ¿es realmente una victoria? El juego se traspasa al ritmo de sus voces, una característica de la personalidad vibrante de ambos que se ha mantenido intacta desde sus inicios: crean ritmos paralelos entre voces y beat, que inyectan dinamismo a la canción.
“Si hay problemas, ve a casa”, cantan en armonía Katie y Jules. Aunque la casa está abandonada, queda la esencia de las caricias en las viejas maderas de una silla o en el aire estático de la habitación. El regreso a las raíces puede ser incluso antes del nacimiento. La nostalgia puede ser una trampa para jamás avanzar, pero los Ting Tings encontraron en los sonidos de antaño la oportunidad para madurar en tiempos modernos. Su oda sincera a los clásicos, destapó una nueva cara de su personalidad; son los Ting Tings de siempre, porque ese sonido siempre estuvo dentro de su alma, dentro de su casa.
