“Dime algo bello esta noche”, nos recibe Miley en su historia de sanación, llena de caos, amor, luz, muerte y mucha mucha música. Desde el inicio, la cadencia de la voz de Miley nos lleva por caminos inciertos que en cualquier momento explotan, como reflectores sobrecargados. Las imágenes de su voz cobran vida con las miles de frecuencias; crea una casa, un bosque, un estudio, un auto, tantos lugares oníricos que derrumba en armonía y construye en disonancia. Un lugar tan seguro como su corazón y tan hermoso como sus siguientes palabras asesinadas con el tiempo.
Tras el enorme éxito y descanso emocional de “Endless Summer Vacation”, Miley Cyrus regresa con su noveno álbum de estudio “Something Beautiful”, cuyas 13 canciones retratan su historia de sanación y renacimiento. Además, Miley acompaña esta obra con una película que la muestra como una artista completa y, sobre todo, ofrece una experiencia cercana a sus fans sin hacer una gira.
Sus canciones siempre han sido tan personales que crean vínculos íntimos con sus fans; son charlas después de la cena con una vieja amiga. Con los años, la música que la acompaña también ha evolucionado con su sentir. En “Easy Lover”, Miley recurre a los sonidos de los 70 para hablar de una relación complicada, en donde el amor duele pero es imposible de apartar. Su voz alcanza alturas que sólo se llegan con el alma en los labios, que se magnifican con el drama de los violines y el soul de la guitarra.
El estilo de Miley radica en su peculiar voz, que ofrece susurros y gritos desgarradores con la naturalidad de quien vive con sinceridad. En “Pretend You’re God”, juega con esos rangos para crear una gran pared de sonido que se resquebraja en caos durante el clímax de su dolor. El bajo acecha desde la obscuridad a una Miley vulnerable ante la incertidumbre del futuro; desea aferrarse al amor o a cualquier salvavidas, ya sea una falsa esperanza o un dios mundano, como aquel que se fue.
Incluso desde el dolor, Miley encuentra una forma bella para liberarlo. En “Every Girl You’ve Ever Loved”, un sax traído de “Baker Street” viaja entre la atmósfera corrupta de una noche synth-pop. La modelo Naomi Campbell dirige a Miley: “posa”. Mantén tu imagen, tu estatura, tu fuerza; no vale la pena su rechazo, eres todas a quienes jamás “amó”. Eres la belleza de todas ellas y la fuerza que resuena con cada golpe de sinte, en la noche efímera del presente eterno.
Miley considera todo “Something Beautiful” como una sola gran canción, que dedica a “la vida, la muerte, la naturaleza, la humanidad, el cosmos; a todos los que conoce y conocerá”, una canción de amor a todo que la rodea. Se ha reinventado tantas veces, que un nuevo renacimiento (“Reborn”) pareciera obvio; sin embargo, es tan necesario como las mil veces que se ha destruido frente al público y en privado. Gracias al amor conoció el paraíso y el infierno; destruyó su ego y cuerpo por amor… y aún así desea más. Está convencida de que la música, en su trance natural de frecuencias y ruido blanco, es uno de tantos caminos hacia la luz, hacia el renacer de una nueva versión de ella… y de nosotros.
